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Prueba de altura con 3.800 metros

Prueba de altura con 3.800 metros

Martes, 21 de julio 2020, 21:37

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Ensayo general para el ascenso del Mont Blanc. La expedición Ralons Sport Gran Canaria, con Thaïs Henríquez de protagonista, realizó ayer un duro entrenamiento en el Gran Paradiso, un cuatromil en la zona italiana de Los Alpes. El fuerte viento racheado y molestias físicas de la nadadora evitaron que hiciera cima después de seis horas de ascensión.

Prueba de altura en el Gran Paradiso con sensaciones encontradas. Después de probarse sobre hielo en el glaciar más grande de Francia -El Mar de hielo-, la expedición grancanaria tuvo una dura y larga jornada jornada de aclimatación en un cuatromil. Desplazados a la parte italiana de Los Alpes, atravesando la frontera por el túnel de 11 kilómetros que atraviesa la cordillera francoitaliana, el grupo capitaneado por Javier Cruz tras varias horas de trekking zigzagueante al refugio del parque nacional transalpino testó a Thaïs Henríquez en el Gran Paradiso.

La ascensión comenzó muy temprano, a las 4.30 de la madrugada, para evitar que la larga travesía de roca, nieve y hielo se prolongase durante la jornada hasta por la tarde, cuando cae drásticamente la temperatura y el tiempo empeora en la cumbre. Salvando un fuerte desnivel de unos 1.300 metros hasta la cima con fuertes y resbaladizas rampas, incluso atravesando un glaciar, la expedición isleña estuvo durante dos horas y media en oscuridad absoluta.

El primer tramo exigió atravesar una morrena, tierra suelta escupida por el glaciar, muy ascendente y tediosa. Posteriormente el equipo grancanario pisó el glaciar en el margen derecho a las primeras horas del día, para luego subir por una rampa muy agrietada y peligrosa de hielo hasta llegar a una arista afilada hasta la cima. A falta de unos 200 metros, a más de 3.800 sobre las 10.30 de la mañana, el viento comenzó a soplar muy fuerte, con rachas que incluso hacía difícil la estabilidad sobre la nieve y el hielo. Estas circunstancias, que podían ir a peor en los últimos y peligrosos metros a la cima, hicieron que se optase porque Thaïs Henríquez se diese la vuelta por su seguridad, al notar los primeros síntomas de la altura, con problemas de respiración y debilidad en las piernas, además de molestias en la espalda.

«Ha sido una jornada muy dura. El fuerte viento no me dejaba avanzar y estaba muy cansada después de seis largas horas de ascenso. Además, comencé a notar los primeros avisos de los problemas que he tenido en la espalda durante mi trayectoria deportiva. Alcancé los 3.800 metros y si seguía los metros que quedaban no podía garantizar el descenso en las mejores condiciones», aseveró Henríquez, que a pesar de no hacer cumbre no renuncia a intentar alcanzar el punto más alto del Mont Blanc la próxima semana. «Ha sido una gran piedra de toque para luego encarar el próximo martes la ascensión al Mont Blanc», describió Javier Cruz, jefe de la expedición. «Poco a poco Thaïs va adquiriendo más destrezas en la montaña y adaptándose a la altura. La cima nunca está garantizada, pero estos entrenamientos en altura sirven para la aclimatación y ganar en confianza», dijo Cruz.

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