Pepe Dámaso se enfrentará a Falla en el escenario
El desparpajo de Pepe Dámaso se enfrentará sobre el escenario al rigor de uno de los genios españoles más universales; el músico Manuel de Falla. Ambos debatirán sobre el arte en el prólogo de El amor brujo, que se representará con su partitura original de 1915 y con una escenografía basada en la que Néstor hizo para aquella ocasión.
En mayo, el Auditorio de Tenerife será escenario de un encuentro extraordinario; el que protagonizará Manuel de Falla y el pintor Pepe Dámaso sobre el escenario, durante el prólogo a la representación de El amor brujo.
El artista grancanario participa doblemente en este proyecto; por un lado, ha diseñado una escenografía inspirada en la que realizó para su estreno de 1915 el también artista canario Néstor Martín Fernández de la Torre; por otro, se convierte en un actor para representarse a sí mismo y poder hablar con Falla, al que da vida el actor Antonio Abdo, en un texto fraguado por Isabel Delgado. «Es un texto precioso, cargado de sutileza y lo curioso es que este encuentro permite apreciar un montón de similitudes entre los dos artistas», explica el director de escena, Nacho Cabrera. «Solo iba a hacer la escenografía al principio», explicó sobre el desembarco del creador octogenario en el teatro. «Vamos a intentar explotar su propia personalidad». Y es que, para Cabrera, el potencial de Dámaso es muy grande. «Pepe es lo que es.
Para todos los canarios es como si formara parte de la familia. Ahora mismo no hay ninguna figura en el ámbito pictórico en Canarias que sea tan apreciada como él; es popular al cien por cien», dice.
Para este El amor brujo, Dámaso ha ideado una escenografía inspirada en la que realizó Néstor para su estreno en el Teatro Lara con Pastora Imperio, en el papel de Candela. Esta vez, la protagonista femenina estará representada por la cantaora catalana Mayte Martín, una de las voces más personales del flamenco actual.
La cueva será la boca de un gran cráneo de ocho metros de alto, en cuyo interior se ubicarán los 15 músicos, casi el mismo número de intérpretes que participaron en la primera versión de la pieza y que trabajarán la dirección de Isabel Costes. «La boca será una rampa y los cuencos de los ojos estarán ocupados por actores subidos en plataformas practicables», indica Cabrera sobre este espectáculo que tendrá «una puesta en escena brutal, a lo grande».
