Diez oros en Campeonatos Nacionales. Y de manera consecutiva. No hay quien iguale la marca de Pedro García (Las Palmas de Gran Canaria, 1982) en su especialidad de lucha grecorromana. Su reinado es tan indiscutible como histórico.
Pedro entró de casualidad en el deporte que ahora le da fama y prestigio. Practicante de lucha libre desde niño, el descarte de un compañero le hizo competir en otra disciplina que no conocía. Pero se le dieron tan bien las peculiaridades de la grecorromana que se recicló de inmediato en esta rama. Y hasta hoy. El pasado fin de semana se adjudicó en la localidad madrileña de San Agustín de Guadalix su décimo oro seguido en 84 kilogramos. «Los rivales me tienen muy estudiado, pero la mayoría ha acabado por cambiar de peso porque no pueden conmigo», reconoce ruborizado. Lo suyo no es presumir, aunque el historial que atesora le distinga sobre los demás. Su aura no se limita a las gestas individuales acumuladas. Como integrante del equipo español ya ha competido en infinidad de Mundiales e Europeos («he terminado por perder la cuenta») y no oculta que ahora sueña con cumplir su desafío de estar en los Juegos Olímpicos que acogerá Río de Janeiro en el año 2016. «Me quedé a las puertas de estar en Londres. Todo por un combate. Eso me ha servido para aprender y hacerme más fuerte y tengo la seguridad de que, si me respetan las lesiones y puedo dar lo mejor que tengo, iré a Brasil», confiesa. Por lo pronto, a final de este mes tiene cita con el Europeo que acogerá Finlandia y, ya en septiembre, le aguarda el Mundial en Uzbekistán. Tras despachar el escenario doméstico, quiere seguir lustrando su palmarés.
«España no está a un nivel demasiado puntero si nos comparamos con potencias como Rusia. Pero poco a poco vamos creciendo y tengo confianza en que sigamos avanzando en el escenario internacional. Uno trata siempre de aportar el máximo y me siento bastante satisfecho de todo lo que he podido ayudar a Canarias y España en este deporte», reconoce el alumno avanzado del maestro Tito Cáceres, con quien se entrena en el Club Santa Rita de Tamaraceite cada vez que sus estancias en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid se lo permiten. Pedro García confiesa que ha aceptado infinidad de sacrificios con tal de seguir en lo más alto de su deporte. Entrenamientos diarios, física y técnica a niveles extremos, dieta milimetrada... «Es lo que tiene estar metido aquí con máxima ambición. Pero me gusta lo que hago y pienso seguir mucho tiempo...», aventura.
Además, experiencias como la recientemente vivida en India en compañía del Trota, entre otros canarios defendiendo los colores de España, vinculado a la lucha kabaddi, le ayudan a dinamizar su rutina. «Cada lucha es diferente y tiene sus especificidades, pero todas me divierten y tengo la suerte de poder practicarlas junto a grandes compañeros. En India vinieron a recibirnos periodistas al aeropuerto, nos pedían autógrafos y fotografías por la calle... Increíble», rememora emocionado.