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Nuestros indeseables vecinos

Nuestros indeseables vecinos

Vicente Escobio / Rubén Naranjo

Jueves, 1 de enero 1970

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Las cucarachas forman parte de uno de los grupos de insectos más antiguos. En las islas se han encontrado 27 especies de las que 15 son endémicas. En la capital grancanaria encontramos la cuca «inglesa» y la «alemana», Blatella germánica, pero la más común es la Periplaneta americana.

Las cucarachas forman parte de unos de los grupos de insectos más antiguos, pues existen fósiles de edad superior a los 300 millones de años. En su magnífica obra titulada Mantis y cucarachas de Canarias, Rafael García Becerra, Rosa De la Nuez y José Miguel Pérez, apuntan que en el mundo hay unas 3.500 especies conocidas habitando lugares cálidos y húmedos en áreas tropicales y subtropicales, además de algunos centenares de especies en lugares templados, asociadas a la presencia humana.

La mayoría de las cucarachas son omnívoras, es decir, que comen de todo, aunque tienen preferencia por alimentos fabricados ricos en azúcares, almidón y grasas (harinas, pegamentos para encuadernar libros, queso, pelo, animales muertos), lo que las hace peligrosas para los humanos porque pueden contaminar alimentos o producir alergias y destrozar los libros.

Las hembras depositan los huevos en una cápsula dura, llamada ooteca, y el número de huevos es variable, en razón de la especie. Según los citados entomólogos, entre sus enemigos naturales se encuentran bacterias y protozoos que viven en su interior, así como algunos escarabajos y avispas, que depositan sus huevos en las ootecas de las cucarachas para que las larvas se alimenten de ellas.

García Becerra, De la Nuez y Pérez estudian un total de 27 especies encontradas en Canarias, de las que 15 son endémicas, destacando el género Loboptera, la mayoría viviendo en cuevas o en bosques de Monteverde, aunque algún ejemplar vive en otras condiciones, como es el caso de Phyllodromica lindbergi, endemismo conejero que se encuentra en los macizos de Los Ajaches y Famara, a más de 300 metros sobre el mar. Cabe sumar además, la nueva especie de vida subterránea, localizada en el tubo volcánico de la montaña de Aslobas, en La Aldea.

Las especies que nos acompañan en nuestra ciudad son la cuca «inglesa» o «alemana», Blattella germánica, la más pequeña y cosmopolita, habiendo sido llevada por los humanos a todo el planeta. Es la más casera de las cucas, ya que siempre se encuentra en el interior de construcciones.

La cucaracha más común es Periplaneta americana, pudiendo llegar a los 4 centímetros. Se adapta a bastantes condiciones de vida y es frecuente en las calles y en el interior de las viviendas. La presencia de pelos sensitivos en su cuerpo le facilita la huida, al captar pequeños movimientos del aire. Se le denomina cucaracha americana aunque es originaria de África tropical. Esta especie compite con la cucaracha austral, Periplaneta australasiae, que llega a medir hasta 3,5 centímetros. Se diferencia de aquélla por tener unas manchas claras en la cabeza.

La cucaracha más grande, hasta 4,5 centímetros, es la cuca volona o chopa, Rhyparobia maderae, que sin embargo cada vez es más rara, al estar asociada a construcciones con madera, como artesonados de techos, gallineros, almacenes de maderas, que van desapareciendo.

En Guanarteme, a medida que se fueron derribando casas terreras solían aparecer algunos ejemplares en las calles. Otra especie rara de ver es Blatta orientalis, la cucaracha negra, de hasta 2,7 centímetros.

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