Música y luz transforman el 'convento del padre' Galdós
La receta ideal para dejar los problemas a un lado y disfrutar durante dos horas y media toca las puertas del convento del padre Galdós. El musical Sister Act llega al teatro grancanario con su elenco de monjas, monseñor, policías y matones. Una pócima espiritual para no dejar de bailar y divertirse.
El estreno de Sister Act se llevará a cabo este viernes, en una jornada de doble sesión a las 18.00 y 22.00 horas, pero para que todo esté a punto y las lentejuelas brillen como nunca, un equipo técnico de más de 50 personas ha estado trabajando a destajo durante estos días festivos con el único objetivo de convertir el teatro Pérez Galdós en un convento disfrazado de pista de baile.
El material ha sido traído desde la isla de Tenerife, donde Sister Act se representó durante dos semanas.
Siete tráilers son los que han transportado vía marítima todo el decorado, sonido, vestuarios, luces, logística... es decir, el montaje íntegro de Sister Act, un espectáculo que, en tan solo cinco años de vida desde su estreno en el West End londinense, ha conseguido llegar en tiempo récord a 12 países, con más de cuatro millones de espectadores, en siete idiomas.
Este jueves, el equipo de trabajo seguía montando en una intensiva jornada que comenzó bien pronto y se prolongó hasta altas horas de la tarde. Supervisándolo todo estaba el regidor, Gonzalo Lisiardi, quien explicó a los medios de comunicación la enorme complejidad de un montaje como el de Sister Act: "Son necesarias más de 50 personas y tres días de montaje para poder levantar el telón cada noche", destacaba mientras mostraba uno de los escenarios principales, el de la vidriera del convento que pesa 500 kilos. "La gira del musical está compuesta por 17 toneladas de material, que viaja por toda la geografía española en siete trailers y por eso tenemos que hacer un trabajo muy minucioso, tanto en el desmontaje de la ciudad que abandonamos como el montaje allá a donde aterrizamos", destacó.
Este musical precisa de 35 telares móviles y 18 escenarios tan diferentes como el del convento, la comisaría o la habitación de la protagonista Deloris Van Cartier. Además, cuenta con elementos como una virgen de cinco metros de altura y 350 kilos de peso, que se mueve con precisión suiza por el piso técnico con rieles que trasladan a cada ciudad.
Una maquinaria bien engrasada que ya está en hora para que el padre Pérez Galdós abra hoy las puertas de su convento.