Borrar
Directo Vegueta se tiñe de blanco con la procesión de Las Mantillas

Morgan, ¡qué risa!

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Cómo no tenerle querencia, si cada mañana nos arranca una sonrisa, y algo más, que hace que el día no sea una jornada perdida, porque ya saben que un día sin una sonrisa es un día perdido. Y quien no sonría que se lo haga mirar, porque hasta los expertos lo sentencian: la risa además de analgésica es, también, cardioprotectora. Los viejitos ya nos lo advertían: «El ánimo decaído seca los huesos» y ante eso nada mejor que el «corazón contento». Así que tómese una buena dosis, diaria, en este caso, cuantas más mejor y siéntase más a gusto. La sobredosis en esto no está contraindicada.

En este periódico, aquí al lado de este artículo, tienen esa magistral píldora, un día sí y otro también. Y ahora, además, hasta finales de julio, pueden jartarse si se acercan hasta el Centro Comercial Las Arenas, en Las Palmas de Gran Canaria, donde se partirán de la risa con la exposición HuMorgan, viñetas de prensa y algo más..., en la que se exhiben 140 trabajos de este personaje que tiene la ironía como principio activo y que con unos pocos trazos y apenas unas palabras hace todo un editorial que le quita hierro a la cruda noticia, al tiempo que saca el lado absurdo de muchas de ellas. Y todo poniendo en relevancia, con magisterio, esa modalidad de expresión nuestra, propia, peculiar.

José María Ordovás nos dice en su libro La nueva ciencia del bienestar, editado por Planeta en 2013, que experimentos realizados por investigadores ingleses, holandeses y americanos, demuestran que quince minutos viendo comedias ante el televisor en compañía de otros ejercen un efecto significativamente positivo sobre el dolor. Por el contrario, la misma situación ante programas de otro tipo (por ejemplo, espacios para aprender a jugar al golf) no comporta ningún efecto beneficioso. Eso sí, hay que tener en cuenta que los efectos se maximizan cuando la risa es social, es decir, compartida.

Además, se ha estimado que veinte segundos de risa equivalen a unos tres minutos de ejercicio constante, y que durante ese periodo se ejercitan más de cuatrocientos músculos. Por otra parte, la risa induce a la producción de endorfinas en el cerebro. Son analgésicos naturales endógenos que tienen efectos opiáceos y que generan sensaciones placenteras y de sociabilidad.

¿Qué más quieren que les diga? No se pierdan a Morgan, que es saludable, porque son viñetas y algo más, bastante más. Tanto que no se puede concebir un periódico sin un chiste; de hecho, suele ser lo primero que miramos. No en vano, como dice Juan Jesús Verdú, la persona que se esconde detrás de Morgan, este género periodístico ayuda a estimular la opinión de los lectores empleando el humor como herramienta de indagación, echando mano de la exageración, pero siempre tocando la realidad, ayudando a entenderla y a descubrir los muchos sinsentidos, injusticias, abusos, corruptelas, hipocresías, pero siempre arrancando una sonrisa. Así se entiende que la letra U sea la más bonita. ¡Ella sola se ríe!; porque, podremos no saber leer, pero todos sabemos reír, por eso, tomando las palabras de Eduardo Galeano, bendita seas, risa, siempre. Sonrían, por favor, practiquen. Y no lo olviden, Morgan ayuda.

@VicenteLlorca

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios