Mismos retos para un nuevo consejero
Listas de espera, el plan de Urgencias y Cuidados Paliativos, conciertos sanitarios, mejoras en atención primaria, restituir los derechos laborales de los profesionales, mejora de infraestructuras... La mayoría de los retos que tiene Baltar para los próximos dos años los hereda de anteriores consejeros como zanjar la OPE de 2007. La gestión de José Manuel Baltar estará bajo lupa los próximos dos años. El nuevo consejero de Sanidad arrastra una mochila cargada de desconfianza al no tener perfil político ni médico pero, además, por ser un gestor procedente de la sanidad privada para la que ha trabajado los últimos veinte años. Salvando estos «ineludibles» detalles, según apunta el sector más crítico con su nombramiento, el nuevo gestor, matemático de formación, tiene el mismo reto que los anteriores consejeros: reducir la voluminosa lista de espera que soporta la sanidad pública canaria y la saturación de los servicios de Urgencias que van más allá de los picos asistenciales por gripe o calima y que se significa por el cambio de perfil del pacientes que se asisten. Según los últimos datos publicados por Sanidad, en noviembre 30.970 pacientes esperaban únicamente para ser intervenidos con una demora media de 126 días y sin sumar los usuarios pendientes de consulta con el especialista o para pruebas diagnósticas. En ambos casos, el nuevo equipo sanitario debe decidir cómo y cuándo afrontar los respectivos planes de choque. El consejero, que tomó posesión de su cargo el pasado 8 de enero, aún no ha explicado qué medidas tomara contra las esperas. Pero, éste no es el único desafío al que se enfrenta la nueva administración sanitaria. Tendrá que emplearse a fondo en resolver la falta de recursos y la planificación de atención Primaria para resolver su lista de espera, el Plan Canario de Urgencias (Pluscan), la renovación del Plan de Salud, zanjar la oferta pública de empleo de 2007 y arrancar la de 2015-16, la finalización de varias obras de gran calado en hospitales y centros de salud, la gestión de la concertación de servicios con los centros privados, la contratación de una mayor plantilla de personal, mermada durante años por los recortes presupuestarios, el Plan canario de Cuidados Paliativos, la mejora de las condiciones laborales y la recuperación de los derechos de los profesionales y una larga lista de asuntos pendientes y no menos importantes. El Servicio Canario de la Salud cuenta con un presupuesto de 2.712.425.271 euros, 75 millones de euros más que en 2016. En el capítulo de gastos de personal se produce uno de los incrementos más notables al crecer en 51 millones hasta alcanzar 1.348.525.848 euros. La prioridad es reforzar las plantillas y las sustituciones, sobre todo, para resolver las demoras a través de programas especiales de las gerencias sanitarias, y la implementación para el Plan Canario de Urgencias. Además, recoge fondos para que el Hospital Universitario de Canarias y el de Candelaria cubran por primera vez parte del gasto de personal en los hospitales del Norte y el Sur de Tenerife respectivamente, y la contratación de más especialistas para el de Fuerteventura.