Borrar
"Me gusta jugar con los agujeros negros de la realidad"

"Me gusta jugar con los agujeros negros de la realidad"

La escritora estará el jueves en Fuerteventura para participar en el ciclo de encuentros ‘El escritor y tú’. Allí podrá explicar a sus lectores las claves de su obra. La cita será a las 20.00 horas en el Centro Bibliotecario Insular.

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Se dice que La puerta entreabierta es un viaje transversal por temas y formas que ya ha transitado en sus relatos. ¿Ha reunido en la novela lo que más ha gustado o mejor ha funcionado de sus cuentos? La idea no es esa, aunque se puede ver así. En mis relatos y mis novelas, que he firmado con mi nombre, siempre he jugado con el mundo y sus agujeros negros. He intentado dar carta de existenca a lo que no vemos. Ahora me he atrevido a atravesar una puerta y sumergirme en lo desconocido, en la literatura fantástica pura. También es cierto que, como soy admiradora y fanática del cuento, he intentado que los personajes estrambóticos de la novela fueran contando historias continuamente. Esta novela es una experiencia nueva, que empiezo ahora. Por eso la firmo con otro nombre, Fernanda Kubbs.

Y con Fernanda Kubbs, ¿va a escribir una saga? Con ese nombre, que surge de la extranjerización de mis apellidos, quiero que esta especie de viajes a realidades paralelas en tiempo y espacio tenga continuidad. He querido cambiar la mirada, antes la verosimilitud de lo inverosímil estaba presente. Tengo previsto que La puerta entreabierta tenga continuidad en otros dos libros, aunque no sé las previsiones se cumplirán o no. Con Fernanda quiero llamar la atención de mi lector sobre un cambio de mirada a la hora de afrontar lo desconocido. Establecer una línea paralela para mi escritura.

Sus lectores dicen que es un libro muy divertido. Supongo que también lo habrá pasado bien escribiéndolo. Me he divertido, sobre todo, en el inicio. Quería hacer algo juvenil, pero se fue complicando. Me ha gustado mucho escribirla. Me he sentido muy libre iniciando este camino.

¿Qué es lo que la mueve a escribir? ¿Refugiarse en otros mundos? No lo sé. No creo que sea un escapismo. Empecé muy jovencita, para mí era un juego como cualquier otro; más solitario y personal, quizás. La escritura es muchas cosas. A veces me ha salvado de situaciones duras, al poder encerrarme y crear otros mundos. Es una compañía maravillosa y un placer.

¿Le atrae el ocultismo, la magia? Antes de escribir La puerta entreabierta, tenía la idea de que no dar carta de existencia a lo que no vemos es de una soberbia total, pero en la literatura fantástica ese tipo de cosas puede ser lo más normal del mundo. Más que con la realidad, me gusta jugar con los agujeros negros de la realidad y meterme en ellos. Esos agujeros siempre han estado en lo que he escrito. He jugado mucho con la verosimilitud. En cambio, en La puerta entreabierta, he partido de un hecho inverosímil: en la conversión de la narradora en un ser diminuto encerrado en una bola. Planteo un pacto. Si el lector acepta eso, puedo lanzarme a volar por esos mundos que no son los nuestros.

¿Y el mundo real, el momento que atravesamos, entra en sus novelas? La realidad es cambiante. Cada día pasan cosas peores que el día anterior. No es mi cometido escribir sobre ello. No hay obligaciones en la escritura. No hay imposiciones, pero la escritura nunca es inocente.

¿Feliz con el Nobel a Alice Munro? Está muy bien, no solo porque se merecía ese reconocimiento sino porque el Nobel premia un género.

¿Qué le diría a los que creen que los cuentistas hacen relatos porque la novela supera sus capacidad? Qué están completamente equivocados. No tiene nada que ver. Existe el convencimiento en la mente de algunos de que el cuento es el camino a la novela. Pero el cuento tiene su mundo; sus virtudes y sus propiedades. Un buen novelista no tiene por qué ser un buen cuentista.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios