Marrero regresa a casa "lleno de orgullo"
El tenista teldense David Marrero regresó ayer a Gran Canaria después de haber debutado en la Copa Davis con España. «Lleno de orgullo» por la experiencia que le tocó vivir, subraya que la derrota en la eliminatoria no empaña uno de sus sueños cumplidos.
Marrero se trae en la maleta conclusiones positivas por encima de que, a nivel estrictamente deportivo, el balance no fuera el deseado. «No pudimos culminar lo que nos habíamos propuesto, pero hicimos lo que estuvo en nuestra mano y tenemos la conciencia tranquila. Alemania acudió con sus mejores jugadores, tuvo a su público a favor. Y España no pudo presentar su equipo de gala, aunque los que estuvimos allí trabajamos a muerte y dimos lo que estaba a nuestro alcance y más», admitió ayer a su llegada a casa.
Haciendo retrospectiva, desliza que los anfitriones contaron con la suerte de cara en los momentos decisivos: «Un resto mío se fue por dos centímetros. Y a ellos les entró alguno por un milímetro. En el tenis son decisivos estos detalles que parecen poco importantes. Y al final marcan la diferencia». «Tuvieron fortuna en pelotas concretas, en acciones puntuales que valían los partidos. Así es el deporte y tenemos que
aceptarlo. Hay que felicitarles y punto. ¿Críticas a nuestro rendimiento? Respeto lo que se haya dicho, que no lo sé, pero, insisto, hicimos todo lo que estuvo en nuestras posibilidades y defendimos el pabellón de nuestro país con el máximo esfuerzo, implicación y compromiso. Nos entrenamos al máximo y no veo muy justo que ahora, con todo ya jugado, salgan estos análisis negativos», ponderó.
Ahora el reto es «volver a tener una nueva oportunidad» con el equipo nacional y confía en que se produzca. «Por trabajo e ilusión, desde luego que no va a quedar por mi parte», insistió. En el plano personal, David Marrero se congratuló de todo lo que experimentó en carne propia durante la estancia en Frankfurt: «Representar a España es una experiencia indescriptible, algo muy grande que sueñas desde que eres un niño».
«Nunca había pasado tanto tiempo con Carlos Moyá y me pareció una persona impresionante, muy cercana siempre y que te ayuda en todo. Con los compañeros, todo genial. La verdad es que lo único que puedo decir es que se cumplieron todas mis expectativas salvando la derrota del sábado en el partido de dobles. Porque a nivel humano es algo que te marca y para bien», subrayó.
Tras empezar 2014 de la mejor manera con su inclusión para la Copa Davis, el isleño confía en que los acontecimientos de los próximos meses le sigan acompañando de esta manera: «Acabé 2013 con el título de la Copa de Maestros en Londres con Fernando Verdasco y ahora arranqué con esta gran competición, debutando en la Davis. Desde luego que quiero seguir en esta línea y completar la mejor temporada posible».