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Los cuatro fantásticos

Domingo, 5 de mayo 2013, 01:08

Lanzada al éxito, la UD no entiende de baches o depresiones. Venía de encajar cinco en Córdoba y no encontró mejor terapia que hacerle cuatro a un Sporting muy académico y que exigió siempre. El triunfo deja un perfume inmejorable: se acerca el final y el equipo gana y golea.

El 4-2 final no refleja la paridad que se estiró durante toda la función. Uno y otro acumularon méritos, hasta el punto de que el Sporting ni siquiera flaqueó cuando se quedó en inferioridad numérica. Pero lo que cuenta no se conjuga en clave condicional, sino en hechos y números. Ahí emerge la UD, que recuperó su pegada, compensando ratos menos buenos. Agarrada a Barbosa, imperial una semana más, Vitolo, que otra vez alzó los brazos, un Chrisantus sanguinario y Thievy, cuya obra de arte en el último gol agota todos los adjetivos, a Las Palmas le cuadraron los planes. A lomos de cuatro fantásticos, resolviendo sin piedad, en momentos especialmente estratégicos, con la puntualidad del que aspira a todo. Una jornada más que es una jornada menos para alicatar el objetivo, el de pelear por ascender a Primera, palabras prohibidas no hace mucho y que ahora encabezan el discurso de jugadores y aficionados. Tan importante era ayer no ceder puntos como conquistarlos, ahora que todo adquiere una trascendencia definitiva. Y la capacidad de respuesta de la UD, por contundente, no admite discusión. Cierto que el Sporting estuvo entero hasta el final, que a ratos campó a sus anchas. Cierto, también, que volvió a salir en la foto Barbosa, inmenso siempre. Y cierto que hubo minutos de relativo vértigo, con la pelota lejos del alcance y el rival crecido. Pero Las Palmas asimiló todas las situaciones y alguna negligencia arbitral para aparecer desde su posición de poder, de equipo con iniciativa y mando, mostrando mandíbula y martillo. En definitiva, intratable en el cuerpo a cuerpo con sus dentelladas certeras al contragolpe. Así se gestionan los ascensos.

La UD tenía necesidades de triunfo y desde el arranque trató de gobernar el partido achicando lejos de Barbosa y siempre con el balón orientado al área contraria. Acompañó en el empuje un Sporting demasiado parsimonioso, cómodo en el repliegue, sin demasiadas prisas. Con Trejo y David Rodríguez descolgados, el rival invitó al asedio. Y Las Palmas, a base de afán, se activó, siendo previsible en intenciones aunque encomiable en empeño.

Las primeras acciones de peligro, no obstante, se localizaron en el ataque visitante antes del minuto, con dos intentonas consecutivas de David Rodríguez en acciones claras y que no entraron por poco. Respondió la UD gracias a Thievy, que se movió por todo el frente ofensivo a su antojo. El francés agarró un balón en posición de interior zurdo, profundizó en el área, sirvió atrás y Tato no marcó por la oposición apresurada de un defensa. En el intercambio de golpes, con el partido desatado, Murillo picó ante Lora y le derribó cuando poco había que perder. Penalti para el 0-1 cuyo efecto duró segundos, porque, a continuación, Iván Hernández metió las manos en un centro de Thievy y la cosa también acabó en el punto fatídico.

Recuperada la igualdad, el encuentro alcanzó su intermedio con una certeza: era un día para la bravura, la ocasión de que aparecieran los que tenían que hacerlo. Y no faltaron. La segunda mitad trajo más ida y vuelta, el escenario idóneo para la apetencia de la UD, a la que en estático le cuesta pero que con metros lo borda. En una contra marca de la casa, Vitolo culminó con tino una combinación que protagonizaron Thievy y Chrisantus, cómplices dentro y fuera y cuya sintonía comienza ya a traducirse en dividendos. A Vitolo le dejaron armar la pierna desde la frontal, mal negocio como acabaría comprobando Cuéllar, impotente en su estirada. La UD recuperaba ventajas pero no sensaciones. Ni siquiera con uno más, tras la expulsión de Iván Hernández, acaecida poco después por una inocente falta cargando ya con amarilla. En realidad, Iván Hernández debía haber estado en la caseta desde la primera parte, aunque un error de apreciación del colegiado le indultó de su merecida roja antes del descanso.

Con 2-1 y uno más, la UD se perdió en batallas estériles, incapaz de echarle el cerrojo al asunto. Entonces apareció Carmona para establecer el 2-2, que se veía venir, dicho sea de paso. Lo mejor que podía pasar, pasó. Nada más sacar desde el centro, una falta en zona de nadie, a un latifundio del área asturiana, fue tan mal defendida que permitió a Chrisantus peinar de espaldas la rosca precisa pero tibia que partió de Nauzet. Ahí tuvo estrella la UD, que puso remedio inmediato a un resultado que comprometía el horizonte.

Para el alargue, con la fiesta ya instalada en la grada, guardó Thievy una reliquia, la enésima de la temporada en su haber. Pegado a la cal, se hizo sitio con su zancada criminal, llegó al área, levantó la cabeza y puso el cuero pegado en el ángulo inalcanzable. Un gol de los que firman Messi o Cristiano. Por aquí, Thievy es como ellos.

Ficha técnica:

4. UD Las Palmas: Barbosa; Pignol, Deivid, Murillo, Dani Castellano; Tato (Javi Castellano, min. 76), Vicente Gómez (Momo, min. 83), Nauzet Alemán, Vitolo; Chrisantus (David González, min. 88) y Thievy.

2. Real Sporting de Gijón: Cuéllar; Lora, Bernardo, Iván Hernández, Canella; Mandi, Casquero (Guerrero, min. 86); Santi Jara (Juan Muñiz, min. 63), Nacho Cases (Carmona, min. 63), Trejo; y David Rodríguez.

Goles: 0-1. Min. 19: David Rodríguez, de penalti; 1-1. Min. 22: Vitolo, de penalti; 2-1. Min. 58: Vitolo; 2-2. Min. 80: Carmona; 3-2. Min. 83: Chrisantus; y 4-2. Min. 90+3: Thievy.

Árbitro: Alfonso Pino Zamorano (Comité de Castilla-La Mancha). Expulsó por doble amonestación al visitante Iván Hernández (minutos 21 y 67), y en el banquillo, a su compañero Juan Pablo (min. 35), así como al local Javi Guerrero (min. 63), a éste con roja directa mientras calentaba en la banda. Además, mostró tarjeta amarilla a los locales Murillo, Pignol, Thievy, Vicente Gómez y Nauzet Alemán, y a los visitantes Cuéllar, Bernardo y Casquero.

Incidencias: partido de la trigésima séptima jornada de la Liga Adelante disputado en el Estadio de Gran Canaria ante 12.040 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Eladio Bueno Ramos, "Yayo", jugador de la UD Las Palmas en la década de los 50, y de Francisco Ortega, hermano del vicepresidente del club isleño, Nicolás Ortega.

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