Lobera: "Este club siempre te exige buscar la excelencia"

¿Cómo se le ha quedado el cuerpo tras el empate frente al Xerez que cortó la racha triunfal del equipo? Cuando puedes ganar o perder, un empate puede ser justo, aunque mi sensación es que dejamos escapar la oportunidad de lograr el triunfo. Pero, acabada la jornada y vistos los resultados, recortamos un punto del objetivo de estar arriba y todavía sabe peor porque nos podíamos haber acercado todavía más a la zona alta de la tabla.

Con todo, ¿la cosecha de puntos y de resultados le hacen vivir su mejor momento en la UD? Desde el punto de vista deportivo es evidente que estamos viviendo un gran momento porque lograr seis triunfos consecutivos en el fútbol profesional no es fácil y más dándole la vuelta a la dinámica de la que veníamos. Nosotros lo logramos.

Ahora tiene poso sereno que le dan los últimos resultados positivos. Pero si mira atrás, ¿pensó en algún momento que esto se le iba? ¿Que estaba más fuera que dentro del club con aquella derrota ante el Castilla que hundió al equipo en el descenso y alargó la sequía de triunfos a ocho jornadas? He estado centrado siempre en mi trabajo al 100%, aunque sé que esta profesión está montada con los resultados. Pero sí es verdad que con ocho partidos sin ganar, lo fácil pudiera haber sido otra cosa, y con el respaldo enorme que he tenido, por parte de la afición el día del Racing, por parte de todos los jugadores, en el trabajo diario y las declaraciones que hicieron, y también desde el club, siempre me he sentido valorado en mi trabajo. Y que me haya sentido valorado en mi trabajo cuando o llegan los resultados... Eso es complicadísimo en el fútbol actual y a mí me ha pasado.

¿Si no se gana aquel partido de la Copa ante el Racing estaría usted donde está ahora? Esa respuesta no la tengo que dar yo. A mí lo que me importó fue sacar ese partido adelante. No pierdo ni un segundo en especular con lo que pudo haber pasado.

Lo que es indiscutible es que aquella victoria fue el punto de inflexión para lo que vino después. Sí. Además, marcamos un gol en un penalti, para forzar la prórroga, cuando se esperaba que nos siguiera pasando lo anterior. El rival nos llega dos veces, nos hace dos goles sin merecerlo y estaba todo como un calco con lo que nos sucedía. Ese penalti nos permitió darle la vuelta al marcador y ganar. Todos decíamos que lo que necesitábamos era ganar un partido para ir para arriba y así ha sucedido.

¿Está de acuerdo en que, desde entonces, la UD ha recuperado el respeto que se le había perdido? Si soy sincero, he apreciado mucho respeto e incluso temor aún cuando los resultados no acompañaban. Todo el mundo sabe del potencial de nuestra plantilla, de la cantidad de ocasiones de gol que generamos, aunque la efectividad fuese baja. Es verdad que encadenar victorias dentro y fuera de casa aumenta el respeto que te pueden tener, pero siempre lo hemos tenido.

¿Cuál fue el peor momento? Ver al equipo como último clasificado me llenó de impotencia porque, entonces, el fútbol no había sido justo con nosotros. Ver que todo el trabajo y el esfuerzo de los jugadores no se plasmaba en resultados era muy duro.

¿Notó cierta división interna en el club, en la dirección deportiva a propósito de usted? Siempre me sentí apoyado por todos. No entré en temas que no iban a conducir a nada. Me centré en lo mío. En mi parcela.

Exceptuando el empate tibio ante el Xerez, lo demás han sido extremos. Abundaron las derrotas o las victorias. Una montaña rusa. ¿Así lo ha percibido? ¿Que prácticamente no ha habido ninguna tregua? Trato de analizar las cosas con frialdad. Huyo de los extremos, no hay blanco o negro, siempre existe el gris, y así lo quiero transmitir en el vestuario. El jugador te tiene que ver con equilibrio porque, de lo contrario, tampoco se lo puedes pedir tú. Por eso siempre me aíslo. En los momentos buenos y en los malos. Y eso me ha pasado en lo que llevamos de temporada.

¿El mejor síntoma de esta UD es que ha consolidado un once, que los protagonistas se recitan de carrerilla, salvando cambios por lesión o sanción, y eso facilita la adquisición de los automatismos que usted pretende? Encontrar una regularidad y estabilidad ayuda. Para mí hacer un once y una convocatoria en estos momentos no es nada fácil, lo aseguro. Los partidos de la Copa han dado oportunidades a jugadores que antes no venían entrando y lo han hecho realmente bien, han demostrado su nivel. En una categoría como ésta no puedes reducir el número de protagonistas a catorce o quince futbolistas, y aquí hemos logrado que la competitividad abarque a toda la plantilla. De eso me siento orgulloso, de ver a todo el mundo enchufado, entre o no en el equipo.

Pero la realidad es que casi siempre juegan los mismos y hasta los cambios son muy repetitivos. Hay un núcleo consolidado. Casi todos los integrantes de la plantilla ha tenido la oportunidad de jugar y mostrar lo que tiene. Eso no quita que los que no estén entrando ahora no merezcan más minutos. Pero tengo que elegir y lo hago tratando de ser lo más justo posible y mirando por el bien del equipo.

A su juicio, ¿qué margen de mejora tiene todavía el equipo? En buscar la regularidad a lo largo de los noventa minutos. Hasta ahora hemos tenido fases en los partidos. Buenas primeras partes y, luego, bajón en las segundas. Quizás el partido con más constancia pudo ser el del Hércules, aunque nos pusimos 0-2 antes del descanso y eso ayuda. Tenemos que seguir creciendo y no equivocarnos pensando que ya hemos tocado techo.

La excelencia, vamos... Es que con el objetivo que tenemos y el club que representamos, siempre nos tenemos que exigir buscar la excelencia y la mejora. El objetivo que hay no es para menos. Todo lo que no sea buscar el grado máximo, nos desviaría, nos perjudicaría.

¿Pero el panorama clasificatorio actual ya le dice que la UD es candidata a todo? Si dejamos de pensar en el próximo partido, de semana en semana, caeríamos en un grave error. Aquí las diferencias son muy pequeñas. En una fracción de segundo, en una jugada, te cambia todo. Miren lo que significó para nosotros que Momo marcara aquel penalti ante el Santander. Para mí no existe nada a largo plazo. Ahora nadie debe ir más allá del Córdoba.

¿Ve al equipo preparado para levantarse cuando llegue algún tropiezo? ¿Para solventar un bache con rapidez para que no se repita la cadena de adversidades del inicio liguero? Pienso que llamar al mal tiempo hace que acabe lloviendo. Eso se trabaja cuando llegue un resultado que no te gusta, como ha podido ser el último con el Xerez. A veces es más difícil gestionar el éxito que el fracaso. Lo que sí se trabaja es la psicología, para mí fundamental en el deporte de alto rendimiento. Y esto sí que nunca lo hemos descuidado. De hecho, le atribuyo a eso gran parte de culpa en la reacción de los futbolistas tras mucho tiempo sin ganar. En los momentos complicados, esta familia que es la UD, jugadores y técnicos, demostró estar muy unida y tuvo carácter y solidaridad para salir adelante. Dio un paso al frente cuando era necesario.

Precisamente por esa comunión interna que usted bendice, con el mérito de cultivarse en los malos momentos, ¿se alegra más de que esta UD ya suelte amarras y vaya para arriba? Por encima de todo, uno tiene que ser agradecido. Con los dirigentes que le dieron la oportunidad de entrenar aquí, con los futbolistas que demuestran apoyo con su trabajo cada día y con una afición fantástica que aprecia y respeta tu trabajo. Pero ver esto, que ya llegan los puntos y se normaliza todo, sí te produce una alegría especial por toda la gente que lucha por la UD, dentro y fuera del club.

¿Le molesta que se hable de una UD que juega al contragolpe cuando usted predicaba iniciativa y mando? No, porque no hemos perdido la esencia de lo que queremos. No especular, tratar de recuperar lo antes posible la pelota, tener vocación ofensiva. Y eso lo tenemos. Somos de los equipos que más ocasiones de gol generamos. Y hemos marcado en todas las jornadas menos en una. Ahora estamos ganando en solidez defensiva, que lo necesitábamos. Al final de lo que se trata es de buscar resultados sin olvidar que la forma importa.

¿No ha traicionado su credo futbolístico? No lo veo así. Se han tomado medidas que se necesitaban y he metido matices tácticos que nos tenían que ayudar en ciertos momentos. Por aspectos incluso psicológicos, por aportar seguridad en el césped. Y no creo que hayamos renunciado a nuestro estilo. Sí cambiamos el sistema, pero conservando la identidad.

¿En esos cambios tuvo total independencia y autonomía? Me ha hecho mucha gracia que se diga, como se ha dicho, que me han hecho sugerencias para ello. Aquí el entrenador soy yo. Es falso que la iniciativa de cambiar el sistema partiera de fuera del cuerpo técnico. Así de claro. Y si volvemos a cambiar, será porque lo creemos oportuno.

Al fin han tirado del carro los Barbosa, Nauzet, Momo, Guerrero, Thievy, Deivid, ... Mis análisis son globales. Esto es un pez que se muerde la cola. Si el equipo está bien, todos están bien y viceversa. Nuestra fuerza es el grupo, aunque tengamos individualidades muy buenas.

¿Ha pedido fichajes? Ahora no es el momento de hablar de esto. Pero pienso que en el caso de necesitar más jugadores, la cantera nos puede ofrecer alternativas.

Sin embargo, para reforzar el lateral izquierdo no se prueba con Borja y se trae a Atouba. Cierto. Borja no ha tenido oportunidades conmigo, pero se hizo un análisis y vimos oportuno que viniera Tim, que pensamos nos puede aportar mucho.

Hay fichas libres. ¿Es partidario de ocuparlas por si surgen contingencias? Mi análisis es cualitativo, no cuantitativo. Analizar lo que deseamos tener y si podemos tenerlo. No tener por tener.

¿Con lo que tiene ahora le llega para competir hasta junio? Tenemos una gran plantilla y a mí nunca me ha generado dudas. Si la pregunta es que si sin más fichajes hay garantías, diría que por supuesto que sí.

• Temas
• UD Las Palmas
• Sergio Lobera