Las dinámicas y sus matices
El matiz siempre es importante, y caer en la pista del Baskonia es quizá un atenuante. Pero en la objetiva realidad de los números, la que remunera los objetivos señala la curva descendente del Herbalife Gran Canaria. La que se jugó en el Buesa Arena fue la quinta jornada de la segunda vuelta, segundo tramo de la competición en el que el grupo de Pedro Martínez ha concedido cuatro derrotas por una victoria.
Entra el Granca en una semana de mística especial. Con el Canarias, enemigo archipielágico, presentándose en el Centro Insular de Deportes 22 años después de la última afrenta en ACB. La rotación tinerfeña alcanza el derbi inflado en cuerpo y alma. Mucho ha cambiado todo desde el 4 de noviembre, cuando se jugó el derbi de la primera vuelta. Tras el triunfo grancanario en el Santiago Martín, el Canarias seguía anclado en la última posición, con seis derrotas en seis encuentros. Desde aquel día, ambos conjuntos describen la misma trayectoria en la competición regular: nueve victorias y siete derrotas.
La lectura en Tenerife será magnífica, pero en Gran Canaria deja un poso de preocupación. El primero que la exhibe es Pedro Martínez, que nunca elude la realidad de una dinámica que ha hecho al equipo descender cuatro posiciones en la clasificación en las dos últimas jornadas. Ni Martínez enmascara la realidad, ni sus jugadores tratan de maquillarla.
Se ha enquistado el Gran Canaria, y Martínez parece haber perdido la fe en algunos. Un ejemplo claro para todos es Uros Slokar, que en Vitoria, junto a Óscar Alvarado y Walter Tavares, se quedó otra vez sin minutos (tercera vez que le pasa en el último mes). Pero hay una fulgura aún más simbólica, la de Jon Scheyer. El escolta de Duke, conceptuado como base esta temporada, llegó en verano adelantándose a la opción que manejaba el club para fichar a Troy DeVries (Ayer MVP de la jornada con Manresa) con la púrpura de su pasado en la Universidad de Duke. Primero perdió peso ante el empuje de Bellas. Ayer, solo 11 minutos, y -2 de valoración.