«Largo» temblor en El Hierro
Los herreños volvieron este miércoles a sentir la tierra moviéndoseles bajo los pies. Fue un terremoto «fuerte» y «largo» que sacudió buena parte de la Isla y que los instrumentos del IGN localizaron unos minutos después de las dos y media de la tarde. Se trata del seísmo de mayor magnitud, 4,2 grados, registrado desde 2013.
Los herreños han desarrollado un sexto sentido para sentir los terremotos y hasta incluso para determinar su magnitud. El haber experimentado cómo la tierra se les ha movido bajo los pies unas 22.100 veces desde mediados de 2011 les permitió ayer saber que el temblor que notaron pasadas las dos y media de la tarde «parecía de cinco grados y pico» y, además, fue bastante «largo». Los sismógrafos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) rebajaron la magnitud a 4,2 grados y le dieron una intensidad «baja», de nivel III-IV (la del terremoto de Ecuador fue de VIII en una escala de XII), pese a que fue sentido ampliamente en casi todo El Hierro.
El terremoto registrado a las 14.34 hora canaria es el de mayor intensidad localizado en la Isla desde el 27 de diciembre de 2013, que tuvo una magnitud de 5,1 y fue sentido además de en todo El Hierro en La Gomera, La Palma y Tenerife, y los volcanólogos lo asocian al proceso de reactivación magmática que oficialmente empezó en verano de 2011 y que en octubre de ese año derivó en una erupción submarina. «Ese proceso no se pude dar todavía por concluido», coincidían ayer en señalar la responsable de vigilancia volcánica del IGN, Carmen López, y el director científico del Instituto Volcanológico de Canaria (Involcan), Nemesio Pérez.
Carmen López llamaba no obstante la atención sobre el hecho de que, «aunque en El Hierro todos los eventos tienen relación con el proceso» de reactivación magmática en el que está inmersa la Isla, un seísmo como el de ayer es «esperable» en tanto que «ya hay eventos de este tipo en el catálogo sísmico del IGN desde mucho antes de 2011».
Pérez por su parte recordaba que en El Hierro aún no ha habido un proceso de deflación y que, por tanto, sigue habiendo energía acumulada que se libera en forma de sismo aislados, como el de ayer, o de enjambres sísmicos.
