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La vida vuelve a la Casa Luján

Viernes, 17 de julio 2020, 10:18

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Unos agarrados a la botella de anís, otras metiendo marquesotes en el bolso. La Casa Luján de Puntallana, cerrada durante una década y convertida ahora en museo etnográfico, ha cobrado vida. Una colección de mayos recrea en el emblemático inmueble escenas costumbristas.

Después de casi una década cerrada, la histórica Casa Luján de Puntallana, máximo exponente de la arquitectura colonial, ha abierto sus puertas de par en par para mostrar los modos de vida de épocas pasadas y la actividad artesana de la localidad. «No estamos sobrados de recursos, así que tanto para el municipio como para el resto de la Isla es fundamental haber recuperado este relevante patrimonio», señaló el alcalde, Juan Guerra. El proyecto de rehabilitación del edificio ha incluido también las construcciones anexas. «Este conjunto arquitectónico no sólo tiene una gran valor histórico, sino que es una seña de identidad de Puntallana, y ahora debe ser punto obligado de visita para los turistas y para cualquier persona de la Isla interesada en conocer su patrimonio», agregó el primer edil. Juan Guerra alabó el laborioso proyecto de recuperación del inmueble. «Ha sido un año de trabajo continuado de cantería, albañilería, carpintería y restauración del mobiliario de época que alberga la casona, que data del siglo XVIII», dijo. Una colección de mayos -muñecos a escala humana que protagonizan escenas costumbristas en las fiestas de La Cruz- han tomado las añejas dependencias del inmueble y le han devuelto la vida y el esplendor que tuvieron en siglos pasados. Cada habitación recrea, con el mobiliario original de la vivienda, diferentes escenas cotidianas : una boda con sus correspondientes invitados, una abuela cosiendo en una máquina y otras haciendo mojo, una anciana acostada en la cama o el propietario de la casona disfrutando de un sabroso potaje canario con piñas de millo y boniatos. Todo muy auténtico. Casi real. En la parte baja se ha recreado, con la colaboración del Museo de la Educación Rayas, una escuela rural tal como era hace un siglo, con bancos y pupitres originales. En estas nobles dependencias, y en otras anexas, los bisabuelos del cantante Pedro Guerra, naturales de Puntallana, ejercieron la docencia, recordó el alcalde. Fueron los últimos moradores. doble planta. La Casa Luján es una casona de doble planta con amplio corredor balaustrado a lo largo de su fachada y cerramiento por muros almenado y amplio portón. «Se trata de un edificio con una gran historia, y por eso el Ayuntamiento no ha dudado en recuperarla y convertirla en museo etnográfico», señaló Guerra. Anexa a esta construcción se adosa una segunda casa de tipología neoclásica, con cubierta de teja francesa y ventanas de guillotina.

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