La infancia a todo color de Roberta Marrero
«Si no vives tu vida acorde a tu verdadero yo, nada tiene sentido», esa es una de las conclusiones de la novela gráfica El bebé verde, donde Roberta Marrero (Las Palmas, 1972) relata su odisea para defender su identidad sexual frente a un mundo que repele la transexualidad con violencia. Su testimonio es un llamamiento a la esperanza para todo el que se sienta diferente. «Este libro es un talismán para todos y todas los que se sientan que no hay un lugar para ellos. Cuando te cueste respirar, abrázalo. Mi corazón está dentro de él y te hará compañía, te dará calor y te recordará que si yo lo he podido hacer tú también puedes», dice Roberta Marrero sobre su primera novela gráfica El bebé verde. Un conmovedor libro donde la artista canaria narra sin dramatismo las vicisitudes que atravesó en su infancia y su adolescencia ante un entorno que la rechazaba por haber nacido mujer en un cuerpo de hombre. Su autobiografía como niña transexual puede interesarle a cualquiera. «Trata sobre la identidad y la infancia, que son temas universales. Al final, me pasaron cosas que le podrían pasar a cualquiera que fuera distinto», explica la autora. La relación con sus padres, el rechazo que sufrió en el colegio o la tristeza que provoca la marginación que padecen transexuales son algunas de las cuestiones que se abordan en este relato que, sin embargo, «no es un libro de revancha». «Una de las conclusiones es que, en la violencia, todos somos víctimas», afirma la autora que no se ha sentido desnuda al contar su experiencia. «La gente cree que mostrarte vulnerable es ser débil, pero mostrarse vulnerable es un estado de fortaleza. Después de 44 años no me siento desnuda. Es verdad que cuento cosas y la gente sabe más de mí, pero me siento arropada. La gente que lo está leyendo me está dando las gracias por haberlo escrito», dice. Además de esta gratitud, sus primeros lectores le sugieren que el libro debería ser de lectura obligada en los colegios. Otras reacciones, incluso antes de que se publicara en libro, fueron muy negativas porque simplemente «la autora era transexual. Los comentarios a una entrevista probaban mi teoría: cuando los transexuales salimos del mundo marginal donde se supone que tenemos que estar, molestamos», afirma Marrero que en su obra ha evitado ser victimista. «Es interesante denunciar la violencia para aprender de ella y evitarla. No quiero dar lástima en ningún momento sino transmitir un mensaje de fortaleza: de que, aunque seas víctima, puedes llevar una vida que esté bien».
