La batalla de los sujetadores
Antonio F. de la Gándara
Miércoles, 3 de diciembre 2014, 00:00
La noticia publicada por CANARIAS7 sobre el supuesto trato «indigno» a los abogados y abogadas sobre todo a estas últimas en la nueva prisión de Las Palmas II dio ayer la vuelta a España al amplificarla un grupo de letradas que se presenta a las elecciones al gobierno del colegio profesional.
Las abogadas grancanarias Isabel Saavedra, Rosa María de León y Victoria González lograron ayer que se hablara de la nueva prisión de Las Palmas II (en Juan Grande) en toda España, y no precisamente por sus modernas instalaciones, sino por el presunto trato vejatorio a las abogadas por obligarles a quitarse el sujetador cuando los refuerzos hacen saltar la alarma del detector de metales.
Saavedra, De León y González, las tres integrantes de la candidatura de ocho letrados Abogados por el cambio que se presenta a las elecciones a la renovación parcial de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados [que se celebra el próximo 18 de diciembre] lograron salir ayer en casi todos los informativos televisivos y en los periódicos digitales de medio país criticando a la prisión por someterlas a trato «degradante», y al Colegio profesional por «no hacer nada» a pesar de sus presuntas denuncias hace más de un año.
Las abogadas explicaron este martes a este periódico que la información del domingo en CANARIAS7 les había permitido constatar que el problema no se había solucionado. Rosa María de León Corujo afirmó que había puesto en conocimiento de «los órganos del colegio de abogados» hace aproximadamente un año que a las abogadas se les estaba obligando a quitarse el sujetador para visitar a sus clientes. Agregó que se lo había «comentado en el pasillo a la gerente» del Colegio, porque el tema le había parecido «muy fuerte». Tanto, que admitió que ella misma se había negado a pasar por el detector cuando le dijeron que si sonaba tendría que quitarse la prenda interior. «Cuando ví lo que le habían hecho a la compañera me fui», aseveró.
Saavedra, por su parte, explicó cómo había sido la experiencia en propia carne en el penal de Juan Grande: «Me invitaron a pasar a un cuarto para quitarme el sujetador, me dijeron que era el reglamento y me negué, me parecía denigrante. Me respondieron que o me quitaba el sujetador o me iba, así que accedí, pero no tenían una bolsita para guardármelo mientras pasaba por el arco, así que la funcionaria me dejó pasar sin quitármelo», detalló.