José Medina: «Es el peor momento para traer la república»

El Presidente de la Fundación Juan Negrín, republicano convencido, sentencia que el cambio no puede hacerse «por el camino de en medio». Considera que los partidos políticos deben posicionarse, presentarse ante los ciudadanos e iniciar el cambio constitucional que los tiempos exigen.

Solo se acuerdan de la república cuando truena... Bueno, la república es una forma de Estado. Pero en este momento, la forma de Estado en España dada por la Constitución es la monarquía. Y mientras no cambiemos la Constitución, y para ello los partidos políticos deben incluir ese cambio en sus programas en las próximas elecciones, lo demás es hacer tiros al aire. ¿Cree que un momento de crisis como el actual es bueno para un cambio de modelo? Yo creo que este es uno de los peores momentos que podríamos elegir para cualquier transformación de la forma del Estado. Porque eso se debe hacer cuando existan otro tipo de causas, no una situación económica tan desventajosa. Todos los países viven momentos de altibajos y nosotros estamos en un momento muy bajo. En una situación parecida surgió la II República y quedó un resabio y tensión social que no es necesario. ¿Entonces, un cambio a la III República fracasaría en este contexto tan inestable? Efectivamente esos cambios son más difíciles. La historia nos ha demostrado que debemos de vivir en democracia. Y eso supone respetar las leyes y cambiarlas por el método establecido. Los partidos deben asumir la transformación del país. ¿Qué opina de esta generación que pide la república sin haberla vivido? Me recuerda a la mía que pedíamos el fin de la dictadura. Mi generación ya cumplió con la Transición. Afortunadamente triunfamos en muchas cosas y en otras no. La nueva generación es la que tiene que tomar el mando. ¿Por qué cree que aspiran al cambio inmediato? Porque hay un déficit. Uno de los objetivos de la Fundación Juan Negrín es dar a conocer la historia de España sin tensiones. No cabe duda que en muchos aspectos se ha tensado la historia, se ha modificado, adaptado a determinadas ideologías no democráticas, y lo que intentamos es enseñar lo que querían aquellos hombres, intelectuales, que era un país democrático. Negrín fue, desde muy joven, republicano y trabajó en esa idea. ¿Ha sido oportuna la abdicación del rey? Yo creo que sí. Tenía que haberlo hecho quizás un poco antes. Sí, porque los errores se pagan. Y si hubiera muerto en vez de abdicado ¿la situación sería diferente? No, porque al ser una fórmula que está constituida en la Constitución, inmediatamente hay un procedimiento. Incompleto porque ahora quedan muchas cosas pendientes como la ley de abdicación, la inviolabilidad Estamos aprendiendo. El rey ha visto como Beatriz de Holanda abdicó, e incluso el papa. El mundo se está transformando a una velocidad imposible. Empecé en la escuela a hacer caligrafía con plumín y ahora tenemos Internet y para mí es impresionante. Nos cuesta digerirlo. El salto es muy grande. A estas generaciones nuevas lo que les pediría es reflexión, serenidad, las cosas necesitan mucho trabajo y esfuerzo... Ve precipitación... Nos pasa a toda la juventud. Y es cierto que, a veces, sin esa viveza no se transforma la sociedad, pero dentro de eso, cabeza, hay que echarle inteligencia a las cosas. El monarca nace ¿el presidente de la república se hace? El presidente de la república es más complejo, pero es la mayoría de edad de un pueblo. Un pueblo que decide quién lo debe de gobernar. ¿Es necesaria una figura destacada que lidere el cambio hacia la república? Bueno, creo que la sociedad va a producirlo. A mí me hace mucha gracia cuando hablamos de los errores de los políticos, cuando en realidad son errores sociales. El político no es más que el reflejo de la sociedad. Si la sociedad es permisiva en el aspecto económico, o se dedica a jugar con dinero negro, lo verán en sus políticos. Es más duro, más feo verlo en un cargo público, pero es el reflejo de la sociedad. La sociedad tiene que transformarse y tomar nuevas riendas. ¿Y en España existe esa figura relevante? Saldrá ese alguien. España es un gran país aunque no se lo crean. Somos una gran sociedad. Pocas sociedades en el mundo han sido capaces de tener la dimensión de España. Y esa dimensión tenemos que vivirla y entenderla. Tenemos sentimientos universales, con todos nuestros defectos que son muchos pero no hay pueblo que no los tenga. ¿Por qué hay ese miedo en la clase política al cambio a la república? Miedo ninguno. Lo que sí hay es conocimiento de la sociedad. Aunque esta generación haya nacido en democracia no ha tenido todos los elementos de juicio que le permitan tener una cultura democrática profunda. Estamos rehaciendo muchas partes de la historia, a efectos simplemente de conocimiento. No queremos sustituir una historia sino completar la historia de España, que se sepa todo, que se valore, que se discuta. Date cuenta que Don Juan Negrín fue un desconocido para nuestros jóvenes hasta hace nada. Hay que zurcir ese roto de la historia para que las generaciones nuevas tengan un conocimiento más amplio de todo. En Alemania, la crítica al nazismo está en la enseñanza y aquí todavía vemos con buenos ojos determinadas posiciones de la dictadura. ¿No cree que sería mejor un referéndum? Sí, pero cuando toque. No improvisado. La ley tiene un procedimiento. Lo único que está definido es que España es una monarquía. Cualquier cosa que hagas debes hacerlo transformando la Constitución. Cuando el primer artículo diga que España será lo que un referéndum determine, pues así será. Primero, los partidos políticos deben discutirlo, meterlo en su programa y contar con el voto popular. ¿Ahora vas a decir sí o no sin plantear ni discutir nada? ¿Solo porque este señor decide de la noche a la mañana abdicar? Tengo que admitir que sí puede haber algo que molesta, que es que se siente que la cosa ha sido impuesta desde la Transición. Si por hache o por be lo hiciéramos más de mitad del país estaría en contra, con lo cual seguiríamos con las tensiones de siempre. Vamos a ganarlo honradamente, con rigor, transformando la Constitución. Lo otro es el cambio de enmedio. Lo que plantea es esperar a 2015 a que los partidos se posicionen ante los ciudadanos y estos elijan un nuevo arco parlamentario conociendo su postura ante la forma de Estado... Claro. Ahora los que están no han sido elegidos bajo esta premisa. Por eso digo que entrar en el cambio es hacernos trampa y ya bastante las hemos hecho en el pasado. Principios y formalidad. 2015 debería ser el inicio del cambio. En Twitter se dice que el PSOE dejó de ser obrero con González, español con Zapatero y republicano con Rubalcaba... El PSOE tiene sus principios y es republicano. Le oí decir a Rubalcaba, y creo que tiene razón, que hubo un pacto en la Transición y él no tiene porqué romperlo. He visto que hay discrepancias en el seno del partido y para eso están los congresos. Estoy seguro de que la línea es clara. En el próximo congreso lo van a discutir y lo van a proponer. ¿Tiene fe? (Sonríe) Sin fe no se hace nunca nada. ¿Verá usted la III República? La monarquía no tiene espacio es las generaciones próximas. Estamos integrándonos en un marco superior donde no hay rey. En Europa no hay rey, y ese es el futuro nuestro: Europa,

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