Javier Cruz: «Fue un premio al trabajo en equipo»
Javier Cruz, jefe de la expedición que alzó a la campeona de sincronizada a la cima del Mont Blanc, explica cómo se alcanzó el éxito en la cuna del alpinismo con Thaïs Henríquez como abanderada.
- ¿Cuál ha sido el momento más duro? - Hemos tenido muchos momentos de duda antes encarar el ascenso del Mont Blanc. Es normal que Thaïs tenga momentos difíciles. No es lo mismo que el reto lo encare una persona que conoce este deporte y le motive un desafío concreto, a una deportista de una disciplina totalmente diferente que lo afronte con la incertidumbre lógica de desconocer el terrero y la dureza que requiere una expedición de montaña. Tuvo varios momentos de flaqueza por la exigencia de los entrenamientos y la aclimatación previa, pero nuestras dudas se multiplicaron cuando no pudo hacer cima en el Gran Paradiso, que era una prueba de fuego para conocer sus opciones de cima en el Mont Blanc.
- ¿Por qué no pudo lograrlo? - Creo que mentalmente el esfuerzo le pasó factura. Se vino abajo psicológicamente tras muchas horas de ascensión. También sufrió físicamente por el cansancio acumulado en las piernas y su problema de espalda, pero creo que aquel día le faltó un poco más de motivación para conseguir la cima, que estaba a unos 200 metros. Fue un punto de inflexión importante aquel día de cara al planteamiento el Mont Blanc.
- ¿Cómo hizo que reaccionase? - Después de regresar de Italia, tras la jornada en el Gran Paradiso, nos reunimos todo el equipo para reformular los siguientes días. Se adelantó la jornada de descanso para que pudiese recuperar y le liberamos del peso de la espalda, repartiéndonoslo el resto del equipo, para que tuviese más opciones de llegar al menos al refugio de Gouter, a 3.800 metros. También hablé con ella, le expliqué lo que nos íbamos a encontrar en la montaña y entre todos conseguimos que no desistiera de hacer el desafío. Fue muy importante conocer sus miedos, lo que le pasaba por la cabeza y saber cómo se encontraba físicamente para poner remedio y que tuviese opciones de, al menos, intentar hacer cumbre.
- ¿Fue más importante el esfuerzo mental que el físico? - Mucho más. Físicamente Thaïs es una deportista de élite, acostumbrada a largas sesiones de entrenamiento en la psicina. Sin embargo la montaña te reta constantemente y te exige a cada paso. También está habituada a aguantar la presión psicológica de la competición, pero este deporte es muy diferente. Tiene otra exigencia distinta. Es complicado motivar constantemente y hacer entender que cada paso es importante en la montaña. Que tan importante o más es llegar a la cumbre, como deshacer el camnino y llegar intacto al inicio del camino. Por eso era trascendental que ella, que no está acostumbrada quizás a quejarse en su disciplina a pesar de las largas sesiones, me comentara en cada momento cómo se encontraba. La vida de todo el equipo dependía de cómoestuviésemos en cada momento.
- Dudó, por tanto, de que lo lograría... - Siempre confié en que lo podía conseguir En la montaña nadie tiene garantía de hacer cumbre, ni el más fuerte y experimentado. Es cierto que nos enfrentábamos al reto, no más alto de los que hemos hecho, pero sí el más complejo técnicamente. Thaïs tenía miedo a las alturas, nunca se había calzado unos crampones, utilizado un bastón o un piolet, y no tenía nada de experiencia en la montaña. Si a la complejidad de la montaña y su poca pericia con el instrumental, añades condicionantes físicos como de motivación, todo se hace más duro para todos. Para ella y para el resto del equipo. Sin embargo, cuando todo parecía perdido, sacó su gen de campeona y logró el objetivo en contra de todas las expectativas previas.
- ¿Cómo fue la jornada del ascenso al Mont Blanc? - Aunque fuimos más lento de lo que es habitual como es lógico, Thaïs respondió muy bien. A pesar de los momentos de duda en los días previos, nunca se rindió. Todo lo que había hecho anteriormente en el glaciar La Mer de Glace, en Gran Paradiso o en las aristas de L’Aiguille du Midi lo puso en práctica. Ya no se bloqueaba mentalmente, había superado miedos que la bloqueaban. Subió y bajó muy bien. Alcanzar la cumbre fue un momento muy emotivo, en el que se descargó toda la tensión generada previamente. Fue el premio al trabajo en equipo. Thaïs tiene que estar muy orgullosa de lograr hacer una montaña tan difícil para no iniciados, la cuna del alpinismo mundial.
- ¿Qué balance hace del quinto desafío de montaña CANARIAS7? - A pesar de la dureza de llevar un deportista que desconoce el montañismo, el balance es muy positivo. Precisamente es el objetivo de estos retos planteados por CANARIAS7, con el apoyo del Cabildo de Gran Canaria y Ralons Sport es el de transmitir valores como el sacrificio, el esfuerzo y el afán de superación para alcanzar un objetivo en concreto. Thaïs, tras ganarlo todo en natación sincronizada, ha conseguido realizar un desafío totalmente distinto con tesón, constancia y empeño. Su éxito es el premio al trabajo en equipo de todo, el empeño solidario de todos los componentes por el bien común. Todos son valores trascendentales en el alpinismo y que se pueden aplicar a otros deportes. Esta experiencia, que cumple su quinta edición contada por un medio de comunicación en primera persona que ha apostado decididamente por el montañismo, es un ejemplo para las nuevas generaciones de deportistas. Confiamos en seguir organizando este tipo de desafíos que enriquecen a nivel deportivo y personal y son un ejemplo de superación y dedicación.