Himar, la cordura de la Demencia
Estudiantes firma un expediente extraordinario en el inicio de la temporada; tres victorias en tres encuentros y al frente de la Liga Endesa junto a Real Madrid, Valencia y Obradoiro. Todo eso tras un verano caótico, descensos en la cancha, y un ascenso administrativo. Himar Ojeda, tras 17 años en el Gran Canaria, es hoy la cordura de la ‘Demencia’.
Las lágrimas de Jayson Granger se fundían con las de la Demencia, apelativo con el que se conoce a la afición del Estudiantes. De eso no hace tanto, fue el seis de mayo. Hoy, gozan de un estreno de temporada celestial, en la cabeza de la ACB tras tres victorias consecutivas.
Tras su traumático despido como director general del Gran Canaria, Himar Ojeda firmó por un Estudiantes en reciclaje. La imposibilidad del Canarias y el Menorca para afrontar los avales exigidos por la asociación permitieron su continuidad en una categoría de la que nunca ha salido. «Al principio les costó asimilar el descenso. Yo ya firmé cuando habían recuperado la categoría. Hay muchas cosas en las que ellos, por la solera de la entidad, no se daban cuenta de algunos errores en su gestión reciente. Pero ya van comprendiendo algo más cuál es su contexto real», expone.
Ojeda hoy se mueve como pez en el agua por el 127 de la calle de Serrano. Allí se encuentra el histórico Magariños, pabellón en el que el Estudiantes tiene su casa desde la década de 1970. Solo pasear por sus pasillos traslada la inmensa historia de uno de los clubes más importantes del baloncesto estatal.
El director deportivo de Estudiantes paladea este momento de éxito. Pero también apela a la mesura, enumerando los motivos de modestia por los que cree que su equipo no estará en el mapa de la gloria cuando concluya la temporada. «Hombre, ahora vivimos con mucha alegría esta situación. La gente este como loca en el club y en la afición. Pero sabemos cuál es nuestra realidad. Contamos con una plantilla muy corta, y con jugadores muy jóvenes que ya tienen la necesidad de ser importantes, como es el caso de Granger, que aunque nos parezca un veterano solo tiene 23 años», indica el profesional grancanario.
Este Estudiantes de hoy carece de la pompa que su historia le da. El equipo del Ramiro de Maeztu vuelve a mirar a la cantera como parte de su esencia, y dispone de nivel de recursos económicos para la confección de plantilla inferior a lo que se estila en muchos otros equipos de la Liga. «Es impresionante ver la cantidad de niños que están relacionados con el club. Aquí Magariños hay muchos niños botando el balón todos los días», significa.