El viaje más especial para Dani
El reloj se le había parado a Dani Castellano el 30 de marzo de 2014. Hasta el sábado, cuando volvió a tener minutos tras una tortuosa y lenta recuperación. Una lesión en el escafoides de su empeine izquierdo, con recaída y complicaciones, amenazó con borrarle del mapa. «Diez meses, que se dice pronto», deslizaba con dulce resignación. Pero lo peor ya ha quedado atrás. Su vuelta al ruedo, con minutos de calidad frente al Alavés en Mendizorroza, le procura el horizonte deseado: estar en la rueda de Paco Herrera cuando el calendario entra «en su fase más bonita», según sus palabras.
«Por distintas molestias no pude estar en las dos liguillas de ascenso anteriores. Creo que ahora me merezco poder ayudar a mis compañeros en una segunda vuelta que se presenta llena de motivaciones para todos por la situación en la que estamos. A ningún futbolista le gusta estar en el dique seco. Y mucho menos cuando es casi un año como me ha ocurrido a mí. Pero ya no mitro atrás porque lo importante es lo que viene», pondera lleno de ilusión. Reconoce que le pilló de sorpresa que el técnico le diera la reválida «en mitad de un partido lleno de ritmo y tensión», si bien no encontró inconveniente alguno en amoldarse a las circunstancias pese a su falta de kilometraje competitivo: «No esperaba entrar y, cuando me llamó el míster, me llevé una gran alegría. Ya había sido un premio formar parte de la convocatoria. Encima, esto. En el campo traté de dar lo mejor. Ni me acordé de los meses que había tenido. Las sensaciones fueron muy buenas. Y logramos el empate con un jugador menos. Salí satisfecho de todo».
Ahora puede mirar al futuro con argumentos para la ilusión después de haberlo pasado «fatal» por las incertidumbres que se le fueron acumulando en su puesta a punto: «Cuando en pretemporada, al jugar el amistoso de Tunte, volví a sentir dolor en el empeine, me llevé un palo tremendo... Nunca imaginé todo lo que vendría después. Insisto, ha sido una experiencia de la que trato de sacar conclusiones positivas dentro de lo perjudicial que ha sido para mí. El sufrimiento ha sido grande por la impotencia de estar al margen del equipo. Ahora se abre una nueva etapa y tengo muchísimas ganas de aportar y colaborar en un objetivo tan deseado y bonito como el ascenso a Primera».
Además, no quiso obviar su agradecimiento a Paco Herrera, quien le ha esperado incondicionalmente y siempre se ha referido a él en términos admirativos: «Saber que nuestro entrenador me ha valorado siempre ha supuesto una motivación enorme para mí. Ya sabemos que en el fútbol todo va muy deprisa y la paciencia no siempre es algo que se tenga en cuenta. Yo me he sentido un privilegiado por tener en todo momento el apoyo del club, de mis compañeros y del cuerpo técnico, con Paco Herrera a la cabeza. Ahora me toca responder a tanta confianza».
