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El trasvase de agua blinda el riego del Sur y evita la sequía

El trasvase de agua blinda el riego del Sur y evita la sequía

Jueves, 16 de julio 2020, 21:22

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El uso de agua industrial de terciarios y depuradoras de la capital, Telde y Agüimes para riego agrícola en las cotas bajas del Sur está evitando que se agote el escaso volumen actual de las presas de esa cuenca, inferior al que en 1996 obligó a declarar a la Isla en situación de emergencia hidráulica. Hoy estarían secas si no fuera así.

El trasvase de un caudal cada vez mayor de agua residual tratada en la depuradora de Jinámar y en los terciarios de Barranco Seco y Arinaga hasta los campos del Sur viene frenando desde 2015 el agotamiento de las escasas reservas de las presas de los barrancos de esa cuenca, que no han dejado de caer en el último lustro debido a la escasez de precipitaciones que se acumula desde el año 2011. Reservando la lluvia que aún atesoran para los regantes de las cotas más próximas, es el agua industrial la que está evitando que hoy estén secas. Los números confirman que las restricciones y el nuevo modelo de riego están dando resultados. Solo durante el último trimestre de 2016 el Consejo Insular de Aguas (CIA) ha llevado hasta los regantes de las cotas bajas del Sur (El Salobre, Ayagaures, Fataga...) 131.204 metros cúbicos de agua de procedencia industrial, que son más que la disminución del total embalsado en ese tiempo. Es decir, en esa zona ya se riega más con líquido procedente de terciarios y depuradoras de Las Palmas de Gran Canaria, Telde y la Mancomunidad del Sureste que de los embalses de las cumbres. Desde 2015 la alarmante situación obligó al Cabildo a imponer restricciones en el riego procedente de las presas y a invertir 950.000 euros en la puesta a punto de la red de distribución Norte-Sur-Medianías, consiguiendo un flujo de hasta 85.000 metros cúbicos mensuales y el envío de 378.000 metros cúbicos (10.500 horas de agua) en seis meses. Si no lo hubiera hecho, y ante la falta de lluvias, se habrían agotado las reservas. El frenazo en el ritmo de descenso del volumen embalsado es patente en la presa de Chira a lo largo de 2016. La caída es mucho menor que en años anteriores al reducirse la extracción de agua para riego gracias al empleo de los caudales inyectados en la red de trasvase. La comparativa con los años precedentes, partiendo el pico alcanzado en 2011, no admite dudas. Con un volumen embalsado que superaba el 82% de su capacidad en septiembre de 2011, el agua acumulada en las presas de Chira, Soria, Gambuesa, Ayagaures, Fataga y El Mulato no ha dejado de menguar desde aquel máximo. Un año después tenían 7 millones de metros cúbicos menos y estaban al 52% y cinco años más tarde, el pasado septiembre, el porcentaje que acumulaban apenas superaba el 9% y el volumen rondaba los 2,1 millones de metros cúbicos. La cifra se acercaba peligrosamente al mínimo del año 2001, cuando esos seis embalses sumaban 1,6 millones de metros cúbicos de agua. El sacrificio que han hecho los regantes del Sur hubiera sido insuficiente si el CIA no hubiese cumplido también su parte reorganizando sus infraestructuras y sistemas de distribución, incluyendo la reparación del Trasvasur y la compra de agua tratada en Arinaga a la Mancomunidad del Sureste. El agua industrial que circula por la red de agua regenerada no llega nunca a entrar en las presas y se queda, a la cota 300, en el depósito regulador de El Salobre, desde donde se reparte a los regantes con cultivos más cercanos a la costa.

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