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El proyecto de Costa se desmorona sin empezar

El proyecto de Costa se desmorona sin empezar

La actividad interna del Gran Canaria vive días ásperos. Joaquín Costa, elegido hace ocho meses por el Cabildo por ser «un hombre muy educado» con prisas porque llegaba el comienzo de la temporada, abre tras el final la caja de los truenos. Esta semana se ha coronado con la dimisión del vicepresidente Sebastián Sansó por discrepancias.

Sábado, 26 de mayo 2012, 20:52

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Costa se queda sin fieles antes de empezar. Eso sí, respaldado por Lucas Bravo de Laguna, consejero de Deportes del Cabildo, propietario de la entidad. Ahora es cuando el catalán tiene que montar un proyecto. Hasta ahora ha vivido de la gestión hecha por el equipo de Agustín Medina, que antes de dimitir el pasado verano dejó montada la estructura deportiva y ajustado el presupuesto. El trabajo de Paco Rodríguez, exvicepresidente económico, puso al club como ejemplo en la ACB.

Eso siempre fue reconocido por Sebastián Sansó, sustituto en el área de Rodríguez y que dimitió el pasado miércoles por desacuerdos ostensibles con el proyecto de Costa «en el fondo y en las formas».

El consejo de administración queda ahora en manos de Joaquín Costa y el vicepresidente encargado de la cantera Ulises Pérez. Con mayoría de la representación política, algo que no había sucedido ni en las etapas de Lisandro Hernández y Agustín Medina. Eso, en media de disputas políticas por la gestión de la entidad, con empleados externos, como Alberto Miranda en el apartado económico, contratados por el Cabildo trabajando día a días en La Vega de San José.

Joaquín Costa es ahora presidente de un club que descendió dos veces con él como entrenador. El mandatario catalán, empleado del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, prometió en su presentación como presidente que nunca entraría en la parcela deportiva. Mintió. Directamente trató con Michael Bramos para su renovación a espaldas de Himar Ojeda. No fue el único caso. Antes de que se concretara la renovación de Beirán fue hablar con su padre, y en el último viaje de la temporada a San Sebastián intentó conversar para su continuidad, fuera del marco apropiado, con el capitán Sitapha Savané.

La idea de Costa pasa por deconstruir lo que está en pie. Su obsesión es degradar o despedir al director general Himar Ojeda, a pesar de que es una figura a la que avala su experiencia profesional en diversos sectores del club. Además, ha habido serios debates en el consejo de administración por el deseo del presidente de extinguir el vínculo de filialidad con el UB La Palma, algo a lo que se oponían tanto los consejeros Ulises Pérez y el dimitido Sansó, como Himar Ojeda.

Cuando el Cabildo recurrió a Costa valoró su supuesta imagen de hombre tranquilo y fácil de manejar. Sin embargo, la convivencia no ha sido nada agradable con él en el club. «Desde que llegó todo ha sido muy difícil», confiesan desde la entidad. Por ejemplo, algunas discusiones con la responsable de marketing Marian Rodríguez Fominaya, alguna ostensible en el antepalco del CID antes de un partido.

Uno de los hechos de discusión entre Joaquín Costa y su grupo de trabajo es la fórmula de buscar patrocinio. «Se cree que la mejor manera de buscar un patrocinador es decir que salimos en la prensa, está caduco», dicen actores diarios de la entidad. De hecho, en la previa de la visita del Barcelona colgó en su cuenta de Twitter el siguiente mensaje. «En breve iniciaremos negociaciones con un ‘sponsor’ muy importante para el Gran Canaria. Somos optimistas, lo conseguiremos», escribió. Sin embargo, consultadas distintas fuentes del club no había ninguna conversación de esa calado en marcha, y Costa ha llegado a decir que lo escribió solo para generar expectación.

Costa insistió mucho al principio de su mandato que la primera marca con la que iba a hablar era Kalise, sin tener en cuenta la frágil situación financiera en la que está el expatrocinador.

Estos meses de gestión de Joaquín Costa no solo han generado la confrontación con el director general Himar Ojeda, un hecho con bastante calado político, sino que también le ha alejado de Pedro Martínez.

Entrenador y presidente siempre han mantenido una relación cercana, incluso yendo juntos al cine con frecuencia. Pero determinados episodios de la presente temporada han propiciado que «las relaciones son prácticamente inexistentes», según personas cercanas al club.

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