El 'Plan Clavijo' tiene desequilibrios
El Plan de Desarrollo y Cohesión financiado con el ITE que promueve el presidente del Gobierno, Fernando Clavijo, es cuestionado de arriba a abajo por su vicepresidenta, Patricia Hernández, al detectar un «desequilibrio» entre las líneas estratégicas planteadas y su financiación y la metodología usada para medir el impacto tiene «claras carencias».
La discusión entre Fernando Clavijo y Patricia Hernández supera la atención que el presidente del Gobierno reserva a las infraestructuras a la hora de gastar los 160 millones del ITE con que se financia el Plan de Desarrollo y Cohesión.
Las aportaciones que llegaron al viceconsejero de Presidencia desde el área técnica de la vicepresidenta en los primeros días de diciembre cuestionan prácticamente todo el plan, desde su metodología de trabajo -con «grandes carencias»-, pasando por las líneas estratégicas escogidas -«el desequilibrio entre partidas y líneas estratégicas es evidente lo que resulta contraproducente para los intereses del crecimiento de la región»- y terminando con la medición de los impactos -«claramente mejorable»-.
Los comentarios se explayan con el peso que tiene la línea estratégica de las infraestructuras al observar que «las mayores debilidades del documento se encuentran en la justificación del potencial de las infraestructuras sobre los procesos de progreso y desarrollo regionales».
En primer lugar, se discrepa de usar los fondos ITE para cubrir los «incumplimientos» del Estado con los convenios.
En segundo lugar, resulta «llamativo que este grupo de infraestructuras se dejen fuera del proceso de evaluación» y sobre todo, lo «más preocupante: ¿Por qué no se incluyen infraestructuras educativas, sociosanitarias o judiciales?».
El documento incorpora varias referencias que constatan el potencial que tienen este tipo de infraestructuras en el crecimiento económico y, en todo caso, se tilda de «error estratégico trascendental» el que las actuaciones planteadas vayan a copar el 85% del total de los fondos ITE.