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El Madrid, K.O.

El Real Madrid quedó K.O. en la Copa en sólo 90 minutos. En la competición que tenían puestas más esperanzas los blancos se pueden ya despedir del título sin jugar la vuelta en el Bernabéu el próximo martes. El Zaragoza dio un repaso al Madrid y propinó una goleada histórica a un equipo que hizo aguas en defensa, no carburó ni ayudó en el centro del campo y acabó humillado por el rival ante el que esperaba vengarse de la final perdida en 2004. La verdadera revancha se la tomó el hermano de Gabriel Milito, Diego, que tuvo una efectividad asombrosa y marcó cuatro goles, aunque el Zaragoza pudo conseguir más tantos. Como ejemplo, a falta de cinco minutos el bigoleador Ewerthon estrelló el balón en el poste. Desde hace 1999 el Madrid no encajaba seis goles, y tuvo que ser en el primer asalto de la semifinal copera para quedar virtualmente sentenciada. Para el magnífico Zaragoza la noche fue grandiosa. Después de marcar cuatro goles al Barça y al Betis, la marca se amplió ante un triste Madrid que recibió un durísimo correctivo y deberá de nuevo plantearse su futuro.

Eugenio Revilla (Colpisa)

Jueves, 9 de febrero 2006, 02:23

Zaragoza, 6 Real Madrid, 1

Zaragoza: César, Ponzio, µlvaro, Gabi Milito, Zapater, àscar, Celades (Movilla, min. 90), Generelo, Cani (Sergio García, min. 82), Ewerthon y Diego Milito.

Real Madrid: Casillas, Míchel Salgado, Sergio Ramos, Helguera (Pavón, min. 42), Roberto Carlos, Gravesen (Zidane, min. 64), Beckham, Baptista (Cassano, min. 67), Guti, Robinho y Ronaldo.

Árbitro: Pérez Burrull (Cántabro). Mal. No señaló un claro penalti de César a Robinho en el minuto 15. Tarjetas amarillas a Diego Milito, Sergio Ramos, Álvaro y Guti.

Goles:

1-0. Minuto 14. Diego Milito culmina con la derecha una gran internada de Ewerthon.

2-0. Minuto 22. Diego Milito aprovecha un saque de banda con la defensa del Madrid parada.

3-0. Minuto 34. Diego Milito pica de cabeza y el balón se cuela tras pegar en Helguera.

3-1. Minuto 37. Cabezazo de Baptista tras una falta sacada por Beckham.

4-1. Minuto 56. Diego Milito, libre de marca, cabecea un córner sacado por àscar.

5-1. Minuto 60. Ewerthon, tras un robo de balón de Cani.

6-1. Minuto 83. Golazo de Ewerthon desde fuera del área.

Incidencias: Partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey. Estadio de La Romareda. Lleno.

El baño del Zaragoza en la primera parte ya se concretó en tres goles, pero Casillas, con un impresionante paradón a bocajarro en el minuto 40, impidió el cuarto, cuando el Madrid, en una acción de estrategia, había intentado arreglar el continuo desaguisado defensivo. Roberto Carlos y Helguera dejaron una autopista a Ewerthon, y de la banda del brasileño salieron dos de las tres primeras asistencias a Diego Milito y el otro pase que Casillas salvó ante àscar. El pase de gol del 3-0 fue de Cani, que también lideró ofensivamente el ataque de un equipo que maravilló con un magnífico fútbol, a base de toque, velocidad y efectividad. El Madrid, en cambio, recordó a ese equipo desequilibrado y a la expectativa, sin agresividad ni presión, que se veía siempre superado cada vez que el rival imprimía un fuerte ritmo y corría más por cada balón. Además, esta vez se encontró con un Zaragoza con pegada, con un Diego Milito en estado de gracia.

El saque de banda que dio origen al 2-0 fue un ejemplo de la dejadez y falta de concentración de la defensa blanca, que probablemente pensó que había fuera de juego en esa jugada en unos minutos en los que el Zaragoza estaba arrollando a los visitantes. Había salido con excesivas precauciones el Madrid, imprecioso, sin el balón, sin presionar arriba y sin imponer autoridad, pero no le dio tiempo a reaccionar, porque en sólo ocho minutos Ewerthon, Milito y el regalo defensivo habían desnudado todas las carencias de una zaga nerviosa y sin ninguna ayuda de los mediocampistas.

Aunque se temía que el Zaragoza podía pagar la baja de Toledo con un lateral reconvertido como Zapater, los locales no tenían nada que temer, porque no permitieron al Madrid crear (Guti también estuvo desaparecido) ni un acercamiento hasta la media hora. Sin embargo, llegadas del equipo de Víctor Muñoz eran continuas, e incluso cuando se echó atrás con el 2-0 y, antes de que Baptista sorprendiese, permitió dominar al Madrid sacó partido con un gran remate picado de Milito. Casillas, lamentándose como antaño, no daba crédito. Después, cuando àscar tuvo en sus botas otro gol, le tocó de nuevo al portero ejercer de héroe, aunque no le sirvió de nada.

Siguen los despistes

Se pensaba que podía cambiar la decoración tras el descanso, ya con Pavón por el lesionado Helguera, el Madrid obligado a dominar y el Zaragoza echado atrás para intentar aguantar en defensa. Pero la amenaza para los blancos estaba precisamente ahí, sin ninguna capacidad para generar, con escasa movilidad arriba (sólo Robinho), y temiendo los contraataques de un Zaragoza que se sentía poderoso y jugaba de memoria en la delantera, para desgracia de una defensa rota. Los despistes defensivos continuaron, y si en el 4-0 Sergio Ramos y compañía dejaron solo a Diego Milito para que el argentino confirmarse una plena efectividad con cuatro remates.

El Madrid volvió a fallar de nuevo gravemente a balón parado, y otra en pleno descentre, una pérdida de balón permitió a Ewerthon poner la 'manita'. Inmediatamente después, César, que casi había sido un espectador más, también quiso ser protagonista y evitó que Ronaldo, en una de sus contadas intervenciones, recortase diferencias. Un segundo gol del Madrid podría haber hecho mucho daño al Zaragoza, que ni siquiera cuando López Caro sacó a Zidane y Cassano se sintió intimidado. No se asustó. Al contrario. Continuó jugando igual, lógicamente con menos ritmo, y después del sexto pudieron llegar más. Sin Copa, el golpe es tremendo para el Madrid.

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