El hotel del acuario, «más estilizado»
El alcalde, Augusto Hidalgo, validó este miércoles un posible cambio del planeamiento para permitir el encaje del hotel junto al acuario. La ubicación del establecimiento hotelero en la parcela que ahora ocupa la dirección de obra del Poema del Mar permitiría un hotel «más estilizado, con lo que la altura sería menos problemática».
El regidor capitalino se mostró partidario de las operaciones en altura a cambio de ganar superficie libre, una tendencia que han seguido ya otras ciudades y que ya se ha empleado en otras zonas de la ciudad como Guanarteme. Por eso, ve con buenos ojos un cambio de planeamiento que permita el trasvase de la edificabilidad de la parcela que ocupa el antiguo edificio de la Fundación Puertos de Las Palmas (20 plantas) al solar que hoy ocupa la dirección de obra del acuario (6 plantas). Como se trata de una finca con menor superficie (la de la Fundación tiene 6.000 metros cuadrados y la más próxima al acuario, 1.500 metros cuadrados), «el hotel sería más estilizado, con lo que la altura sería menos problemática». Hidalgo volvió a reseñar que su intención es que cuando se plantee la solicitud, se vincule la concesión del suelo portuario al traslado de las naves del Programa Mundial de Alimentos y de Cruz Roja. Además, el alcalde restó importancia a la discrepancia manifestada por su socio de gobierno, el concejal de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, respecto a la ubicación del acuario en el istmo de Santa Catalina. «El concejal de Turismo ha dicho lo obvio: no conoce el proyecto y tiene que estudiarlo, como debemos estudiarlo todos», dijo, «no existen discrepancias sobre algo que no se ha planteado formalmente». Sin embargo, esta diferencia de opinión no pasó desapercibida para el Partido Popular. Su portavoz, Juan José Cardona, criticó «la ausencia de rigor y seriedad por parte del alcalde y sus socios de gobierno a la hora de abordar temas sensibles e importantes para el crecimiento económico del municipio como éste, que alude a una importante inversión, que muchas capitales del mundo estarían encantadas de acoger por las consecuencias económicas que tendría».
