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Jueves, 1 de enero 1970
El Gran Canaria puso fin a la primera vuelta de la Liga con la quinta victoria consecutiva en la competición doméstica. Los amarillos, que cuajaron una gran actuación coral, dominaron todo el encuentro, aunque no fue hasta el último cuarto, cuando sentenciaron el choque.
Empezó entonado el Herbalife Gran Canaria, que en los compases iniciales del encuentro dominaba en las dos canastas. Kuric, con un triple ponía el 8-4 en el marcador. Parecía que los de García Reneses se iban a empezar a escapar, pero Nacho Martín, que regresaba a la que el curso pasado fue su cancha, reducía las rentas.
El Granca desde el tiro exterior estaba haciéndole mucho daño al Estudiantes y las segundas jugadas estaban monopolizadas por Walter Tavares. Así, entre Eulis Báez, de tres, y el caboverdiano, en la pintura, ponían la máxima renta hasta el momento (15-8), cuando faltaban tres minutos.
Para contrarrestar el fuerte inicio de los amarillos, el técnico visitante, Txus Vidorreta, daba entrada al último fichaje estudiantil, Pietro Aradori, que con dos canastas consecutivas permitía que la ventaja amarilla no fuera mayor. El cuadro claretiano cuajó un buen primer periodo, con una defensa seria y bastante acierto en ataque. O’Leary puso a los suyos 21-12 al término de los diez primeros minutos.
El segundo parcial lo inició mejor el Estudiantes, con un Aradori muy inspirado. El italiano anotó un triple acercar a los visitante 21-18, pero Paulí con dos buenas acciones mantenía a los amarillos por delante (25-23).
El cuadro colegial estaba mejor en este segundo cuarto gracias a los puntos de Jaime Fernández, pero Albert Olvier anotó dos triples consecutivos y volvió a dar algo de aire al conjunto grancanario (33-27). El encuentro, poco a poco, se había igualado y Aíto lo paró con un tiempo muerto. Al Granca le estaba costando anotar y sufría el acierto de Aradori, que con un triple sobre la bocina ponía el 35-32. Newley respondió también desde la línea de tres y en la siguiente acción Simpson puso el 38-34 al descanso.
Tras el intermedio, la dinámica fue la misma y ni el Gran Canaria conseguía marcharse en el marcador, ni el Estudiantes remontar. Las imprecisiones eran palpables en ambos equipos, pero el cuadro estudiantil comenzaba a encontrar el camino indicado, que con cuatro puntos seguidos de Rabaseda y un triple de Nacho Martín se ponían por primera vez en el partido al Estudiantes por delante (46-47).
El Granca se encoraginó y, a través de Tomás Bellas, volvió a coger aire. Luego Newley acompañaría en la anotación al base madrileño para volver a poner al cuadro claretiano con ventaja (53-47). Tras la reacción amarilla parecía que los de García Reneses lograrían, por fin, escaparse en el marcador, pero Nacho Martín, el mejor visitante, lo evitó y con cinco puntos consecutivos puso de nuevo a los suyos a un tanto (53-52).
Cuando más apretado se ponía el partido, apareció el más novato de la clase. Oriol Paulí robó el balón y corrió hacia la canasta para realizar un espectacular mate que levantó al graderío del Gran Canaria Arena y cerró el tercer cuarto. Conscientes de que el choque entraba en su fase más decisiva, el Granca salió mucho más concentrado al parqué de Siete Palmas y, a pesar de los esfuerzos de Nacho Martín por voltear el partido, el cuadro insular conseguía poner tierra de por medio con dos triples consecutivos de Olvier (67-56).
Como ocurrió en el primer cuarto, la línea de tres empezaba a decantar el partido y fue O’Leary quien, prácticamente, sentenció al Estudiantes con su lanzamiento desde más allá de 6,25 metros, poniendo el 70-57 en el marcador, una distancia que ya era insalvable.
La pareja Oliver y O’Leary destrozó a un conjunto colegial que batalló sin descanso en busca de una remontada que no llegaría. El californiano, por fin sin la máscara, estaba cuajando su mejor actuación de la temporada. Otro de los nombres propios del encuentro estaba siendo Oriol Paulí, quien culminó un alley-oop enviado por Oliver para machacar la canasta y llevarse la ovación de un pabellón puesto en pie para aplaudirle (76-59).
El partido estaba ya decidido y el Granca simplemente se encargó de finiquitarlo, para poner el 79-63 final en el marcador. El último cuarto fue decisivo, pues cuando más se acercó el Estudiantes a la remontada, el papel de dos secundarios, hasta el momento, como estaban siendo Oliver y O’Leary, fue determinante para sellar la séptima victoria consecutiva y constatar la sensación de que este nuevo proyecto de Herbalife Gran Canaria empieza a engrasarse. Ahora, que pase el siguiente.
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