Días de 'rock&arte' en La Regenta
El Centro de Arte La Regenta inaugura este viernes una muestra que reúne 1.000 portadas de vinilos en los que se manifiesta la estrecha relación de la música, en especial el rock, y el arte.
No hay duda. El arte y la música hacen un buen maridaje. Lo demuestra el millar de discos que cuelga de las paredes de La Regenta para dar fe de la estrecha relación entre el arte actual y la música popular contemporánea.
La exhibición Días de vinilo, una historia del diseño gráfico musical, refleja este fuerte vínculo a través de la colección de discos de su comisario, el historiador de Arte Javier Panera (León, 1965), un apasionado del cruce entre la música y la plástica que ha atesorado 14.000 discos comprados en cuatro continentes. «A Oceanía aún no he ido, aunque hay discos de Australia conseguidas por E-bay. Hay piezas de todo el mundo», señala el comisario que ha coordinado otras exposiciones sobre esta temática como Rock My Religion (2008), que exhibió en el Da2 de Salamanca centro de arte que dirigió entre 2004 y 2012 o This is Not a Love Song (2013), en La Virreina Centro de la Imagen de Barcelona. «Pero nunca había hecho ninguna específica de discos. Esta es la mayor exposición de vinilos que se ha hecho nunca en España», asegura el experto.
La muestra reúne desde el reciente trabajo Artpop (2013) deLady Gaga, diseñada por el cotizado Jeff Koons, a los primeros discos que contaron con ilustraciones gráficas en su portada, datados en 1940. «Hasta entonces los discos venían envueltos en papel de estraza. No llevaban decoración ni elementos gráficos», comenta el investigador que destaca la figura deAlex Steinweiss como el pionero en el diseño de portadas de discos para el sello Columbia Records. «En aquel entonces los discos eran aún de pizarra y se guardaban en cajas, de ahí viene que a los LP se les designe con la palabra álbum, porque venían con varias páginas y varios discos en su interior. En los discos de 78 revoluciones cabía mucha menos información. Meter una sinfonía de Bethoveen de un disco de 78 revoluciones era imposible. Había que trocearla. Cada disco duraba 10 minutos», relata el especialista sobre esta etapa de la historia del disco que duró hasta 1948.
Su arsenal de vinilos se muestra en dos grandes bloques. El primero se corresponde a «discos diseñados por artistas de reconocido prestigio, desde Picasso a Damien Hirst», comenta Panera.
SORPRESAS. Entre las sorpresas de este apartado, resalta la abundancia de portadas realizadas por el autor del Guernica. «Picasso hizo muchas piezas. Lo que hacía normalmente era ceder pinturas para que fueran reproducidas, en muy pocas ocasiones colaboró específicamente con músicos. La única portada que hizo especialmente para un artista pop fue para Juan y Junior, en el año 1968. Se acababan de separar de Los Brincos. Se plantaron en su estudio, le pusieron la canción Anduriña y Picasso les pintó un pájaro. Y eso no fue la portada, sino la contraportada, porque la compañía discográfica Hispavox, con muy poca visión, dijo que una portada de Picasso era muy poco comercial. En la portada se puso la foto deJuan y Junior y la pieza de Picasso se relegó a la contraportada».
Pero la muestra contiene otras obras del genial artista malagueño. «Hay unas piezas magníficas de Picasso que no se han visto nunca en España. Hizo para una serie específica de música clásica, Música de las Cortes Reales, la realizó en el 58 para una galería de arte norteamericana. Son aparentemente litografías porque en la portada no hay ninguna información de lo que contiene el disco. Ves la portada y estás viendo un Picasso».
También Miró prestó su arte a la industria discográfica. Según cuenta Panera, tuvo colaboraciones específicas con muchas figuras de la canço catalana; Raimon, María del Mar Bonet, Ovidi Montllor... Algo que también hizo su paisano Antoni Tàpies.
Incluso el artista canario Manolo Millares prestó su talento para ilustrar un disco de Los Sabandeños, que también se exhibe en la muestra. «Es magnífico».
WARHOL, CAPÍTULO APARTE. Pero el paradigma del artista plástico ligado al mundo discográfico es, sin duda, Andy Warhol. Del fundador del estudio The Factory se exhiben 50 discos. «El más antiguo es de 1949, cuando aún no era famoso. Empezó diseñando portadas para Columbia y RCA, sobre todo portadas de discos de jazz y algún disco de clásica. Son piezas muy poco conocidas. Aquí hay algunas. Los discos de Warhol son uno de los puntos fuertes de la exposición porque en España nunca se han mostrado todos juntos», comenta Panera.
Entre ellos está la que considera la pieza más valiosa de su colección. «Hay un single de The Velvet Underground, donde estaba Lou Reed, que es anterior a su primer LP y que salió con una publicación que se fabricaba en una caja. La revista, que es preciosa, estaba diseñada por Warhol y es casi un objeto».
Y, curiosamente, se hizo con ella de casualidad, en una tienda de discos de Viena. «Después de estar mucho tiempo buscándola, la conseguí a muy buen precio. Porque por esa pieza en E-bay se pagan 6.000 u 8.000 euros más», relata satisfecho.
Se trata de Aspen: The Magazine in a Box (1949), una caja especial dedicada al pop-art, en el momento en que Warhol estaba trabajando con The Velvet Underground», una banda que, a su entender, también fue creada por el artista plástico. «Es una pieza que te interesa musicalmente y porque el diseño es magnífico», apostilla sobre su joya.
Ningún otro artista plástico se volcó tanto con la música. «Peter Blake, el que hizo la portada del Sgt. Pepper´s, de The Beatles, tiene unas cuantas portadas pero no tantas como Warhol. No llegó a la veintena. Aquí se muestran unas diez», relata.
CONTINUADORES. No obstante, la predilección de algunos artistas por cubrir vinilos con sus trabajos se mantiene intacta hasta la actualidad. De hecho, el polémico y cotizado Damien Hirst famoso por firmar La imposibilidad física de la muerte en la mente de algo vivo, un tiburón sumergido en una vitrina llena de formol que se exhibe en el Metropolitan de Nueva York también tiene varias portadas. «Ha hecho trabajos para los Red Hot Chili Peppers, hizo otra, que está muy bien, para David A. Stewart de los Eurythmics, también para los Babyshambles, el grupo de Pete Doherty; y tiene unas cuantas con una banda británica muy poco conocida que se llama The Hours». A esta formación, abunda Panera, Hirst les hizo una gran campaña centrada en su famosa calavera cubierta de diamantes, «con portadas para dos LP´s y ocho o diez singles».
El anónimo y escurridizo Banksy tampoco es ajeno a la música. «Tiene portadas muy chulas con músicos raros, en general. Ha trabajado con Robert 3D Del Naja, de Massive Attack, y con Danger Mouse, y el mismo edita discos con varios pseudónimos o, por los menos, entre los músicos se dice que toca música techno o de baile», explica sobre el misterioso y cotizado grafitero. «Curiosamente no han conseguido identificarle ni verle. Hubo una época en la que la gente pensaba que era Damien Hirst, de hecho son amigos. Sí, probablemente vaya por ahí la cosa», reflexiona en voz alta el crítico y comisario.
SISTEMAS. Además, también la escena musical y el mundo de la plástica establecen lazos a través de colectivos, un aspecto que se aborda en un capítulo de la exposición.
«Hay un círculo de músicos y artistas ingleses que estuvieron muy unidos. El llamado Britpop, con Oasis, Blur, Suede y Pulp..., está muy vinculado a los artistas de los 90, los llamados Young British Artists».
Ya fuera de la escena musical británica, brillan por el cuidado de sus vinilos los neoyorquinos Sonic Youth. «Todas las portadas de sus discos y su merchandising están hechos por artistas, prácticamente desde su primer a su último trabajo».
Y entre los artistas actuales más volcados en la industria discográfica, el comisario cita a Raymond Pettibon, autor de unas 40 portadas, entre ellas del disco Goo, de Sonic Youth, y un buen puñado de trabajos de la banda de hardcore Black Flag, donde toca el hermano del artista plástico.
PORTADAS ICÓNICAS. En la exposición también figuran todas las portadas icónicas de la historia del rock, pero Panera les aporta un plus. «He intentado contextualizarlas», como la famosa carátula de The Dark Side of the Moon, dePink Floyd. «La gente no sabe que la idea la sacaron de un disco de Beethoven editado en 1942».
La segunda vertiente de la exposición demuestra la evolución paralela de las portadas y los estilos de música. «Cada género musical desarrolla una línea estética. Desde el momento que se ponen a hacer discos ilustrados de rock and roll, hay una estética determinada; el cantante en la portada, una tipografía con letras muy juguetonas; llega la psicodelia y se llenan de color; llega el rock progresivo y las portadas te llevan al surrealismo y al arte conceptual; llega el punk y eso conecta con el dadaísmo», sostiene Panera, quien afirma que, en el caso español, se puede hacer un recorrido por la Historia del Arte desde los años 50 a la actualidad a través de los discos.
La relación entre el cómic y la música, o las portadas censuradas en España ocupan otros capítulos de la muestra. «No solo hay discos censurados por el franquismo, sino que hay discos que, curiosamente, no fueron censurados en España y sí en otros países», subraya.
En este apartado, destaca el disco de Lou Reed Take no prisoners que se editó en España con otra carátula. «La portada era fuerte porque salía un transexual, pero en España no estuvo censurada. Se editó otra en España porque Lou Reed no quiso que se supiera que había plagiado el trabajo del dibujante español Nazario. En la muestra se expone junto al cómic en el que se inspiró. Fusiló entera la portada del número 4 de Rock Comix. Se llevó a juicio, aunque Nazario no quería en principio enfrentarse a la discográfica, pero ganó el juicio contra Lou Reed hace unos seis años», abunda sobre este curioso caso.
La exposición no tendrá un catálogo como tal, pero sí que se acompañará de la edición del primer tomo de su obra de investigación. «Será explica Panera un libro sobre la historia de las relaciones entre arte y rock and roll, pero no solo centrado en las portadas de los discos. Es un libro de texto del que saldrán tres tomos. Aquí sale el volumen 1 que comprende un análisis del panorama artístico y musical entre el año 56 y el 76, antes de que empiece el punk. Luego saldrá otro volumen que tratará el asunto hasta el año 2000 y un tercero hasta la actualidad».
LA COLECCIÓN Javier Panera inició su grandiosa colección de discos a los 12 años. «Los primeros discos que reuní motu propio los conseguí gratis. Fue con doce o trece años. Los gané gratis con los tapones de coñac Fundador. De repente, cuando me empezó a gustar la música me vi con 15 o 20 discos», recuerda este coleccionista que desde entonces se ha hecho con unos 14.000 discos.
Pero, puntualiza, la parte de la colección que expone no reúne rarezas difíciles de conseguir. «A mí, el disco rarísimo solo me interesa si el diseño gráfico es interesante o si la música me interesa», aclara.
Reconoce que hasta hace una década era más difícil obtener las piezas. Ahora, con Internet, la búsqueda es mucho más sencilla. «La parte más fuerte y más mimada de mi colección es la de la psicodelia de los 60 porque, musicalmente, es la que más me interesa. Esto, hace unos años, o ibas a San Francisco, a Los Ángeles, a visitar la tienda más grande que hay, Amoeba Records, una tienda enorme donde están recuperando constantemente piezas antiguas o tenías que ir a ferias de discos. En España hay buenas ferias, sobre todo en Cataluña. En el norte de Europa, también», explica.
Entre sus cuentas pendientes hay un cotizado disco del grupo de punk tinerfeño de los años 80 Familia Real. «La portada comenta no tiene interés pero es una pieza de culto en el mundo del punk».
