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Desmontando sociedades

Carlos Aranda fue sustituido cuatro minutos antes de que el Real Mallorca empatara el partido. Puede ser pura casualidad, como puede no serlo. El malagueño, un ser catalogado como individualista, había descargado culpas en la gestación de los dos goles de la Unión Deportiva. En ambos fue generoso; en el primero cruzó el área buscando a Masoud, antes del delicioso gesto del iraní. En el segundo devolvió una pared bien medida para que Aythami consumara su atrevida penetración en el área.

Sábado, 4 de enero 2014, 23:02

Seguramente la limitada condición física del ariete motivara su cambio. Pero como ha pasado muchas veces esta temporada, la lectura de Lobera fue sobrepasada por la de su homólogo en el banquillo oponente. Con la marcha de Aranda del campo se cambió una idea que estaba dando resultados.

El técnico se atenazó tras el empate. Movió el equipo de inicio, y relegó a Castillo, Javi Castellano y Chrisantus, pero luego dilató mucho el ingreso de efectivos de refresco cuando el Mallorca igualó el envite aprovechando una serie de infortunadas decisiones en la zona de retaguardia.

Oltra administró mejor los relevos, sucedidos de forma escalonada según los ritmos que demandaba el encuentro. Repitió Lobera y repicaron sus futbolistas que el resultado final estuvo carente de justicia, pero cuando desde la otra orilla se lee mejor el partido y eso ofrece rendimientos debe atenderse como una señal diafana de inferioridad.

INCONSISTENCIA. Si la victoria de Huelva en el último partido de 2013 había parcheado muchas fisuras, Lobera cambió parte de la estructura esencial del equipo que venció en el Nuevo Colombino. El caso de Macauley Chrisantus es significativo. Siendo el máximo goleador del representativo en la presente temporada, al preparador aragonés no le cuesta demasiado esfuerzo dejarlo en el banquillo. No obstante, a diferencia de lo que sucedió en el Heliodoro Rodríguez López, la presencia de Aranda en el bloque titular dio mayor consistencia a la idea que se quería exprimir ante el Mallorca.

Lobera ha usado 28 futbolistas en la presente temporada. El grupo de los privilegiados está bastante claro, pero ha costado fidelizar una propuesta seguida. En parte por la inconsistencia de algunos jugadores; siendo el último en quedar descabalgado Xabi Castillo. Dice el entrenador que tiene todo lo necesario para ascender. Nombres y figuras le sobran. Consistencia y equilibrio no tanto. El Mallorca será un gigante. Pero no hubo una administración decente de la ventaja.

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