Cuentos y misterios del ‘Valbanera’

El transatlántico Valbanera, de bandera española, se fue a pique el 10 de septiembre de 1919, tras zarpar de Santiago de Cuba a La Habana con 463 emigrantes canarios a bordo. El investigador cubano Mario Luis López relata en su último libro historias de los supervivientes, más de 700, que, por diversas causas, decidieron no emprender la travesía mortal. El mar, embravecido por un anunciado huracán, terminó engullendo, el 10 de septiembre de 1919, en los Cayos de Florida (Estados Unidos) al vapor Valbanera, de naviera Pinillos, en el último tramo de su viaje desde Canarias a Cuba, entre los puertos de Santiago y La Habana. Las 488 víctimas, entre tripulantes y pasajeros, en su mayoría emigrantes canarios, hacen de este naufragio la mayor tragedia marítima española en tiempos de paz. El investigador e intelectual cubano Mario Luis López Isla, con 35 libros escritos sobre emigración canaria, profundiza en su último trabajo Valbanera, réquiem por un naufragio en este acontecimiento de la navegación que si no es más popular es porque «no se trataba de un lujoso crucero de placer», aduce el autor, que pretende rendir homenaje a las víctimas «que siguen encerradas en los camarotes». López Isla, junto al coautor del libro, Juan Miguel Sánchez, ha recopilado historias reales de los pasajeros del Valbanera, algunas tan inquietantes, otras tan rocambolescas, que en sí mismas podrían conformar la trama de una película. Más de 700 pasajeros decidieron desembarcar en Santiago de Cuba y evitaron la muerte. Unos supervivientes quisieron montar en tren hasta la capital; otros dijeron que eran hijos de Hatuey (cerveza local que bebían en un bar cuando el barco zarpó); algunos perdieron el barco «admirando la belleza de las mulatas»; una familia entera desembarcó ante los gritos de la hija pequeña, aterrorizada porque presentía la tragedia; la superstición marinera, al perder el ancla el vapor, también causó desembarcos, así como las pésimas condiciones del viaje, con cientos de personas hacinadas. Pero el salvavidas más inesperado fue la condición de analfabetos de buena parte del pasaje, que al llegar a Santiago, y no pudiendo leer el nombre del puerto, desembarcó pensando que había llegado a La Habana. El Valbanera y su pasaje sigue, hoy día, a 12 metros de profundidad, en aguas movedizas cerca de Cayo Hueso en Florida (Estados Unidos).

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