Cualquier tiempo pasado fue mejor (2-0)
Ni está y ni se le espera. La UD no hace más que incidir en su ruina hasta el punto de estar arrinconada, colgando de la última jornada, dependiendo de la dirección del viento para meterse, y de mala manera, entre los que pujen por el ascenso.
No han tenido un pase los que se agarraron al libreto de Josico y sus hipotéticos milagros. En el primer partido, en un día que estaba destinado a exhibir aires de cambio en la UD, olió todo a rancio y se hace hasta imposible el ejercicio de optimismo voluntarioso que regale un motivo para el optimismo. Punto por punto repitió el grupo la cadena de miserias que le han llevado a desmoronarse en las últimas semanas. Tres derrotas consecutivas que son tres navajazos al alma de la afición, de sus ilusiones y sueños. Cuando la categoría ha estado más barata que nunca, cuando estar entre los mejores de la clasificación se regalaba en cualquier esquina, todavía no ha garantizado la presencia en la promoción de ascenso, el consuelo menor, una rifa en la que ya fracasó doce meses atrás. Hay que ganar el próximo fin de semana. Pero el rival casi ni importa. Está UD no está para meterle mano a nadie. Y si se le presuponía un mínimo de decencia, anoche la dinamitó con el cante que dio en el Iberostar Stadi. Atropellado por un Mallorca que esta temporada ha sido una comparsa, el equipo de Josico ensució el escudo a base de bien. Los asalariados de amarillo siguen a la suyo, directos al vacío. Defensa de parvulario y un sindiós en adelante. Indultado Barbosa, el único que siempre se mantiene en pie, del resto poco más queda por añadir. La liquidación de Sergio Lobera se vendió como necesaria para salvarguardar la tercera plaza, el razonamiento ya se ha evaporada. La realidad da fe de que Las Palmas está peor que hace una semana. Y ya es decir.
La UD sesteó sin medida, desmintiendo el discurso formal de Josico, quien anunció orden atrás, buen trato de balón y mordiente arriba. Barbosa volvió a salir en la foto (también el larguero), no se registró combinación alguna de relevancia y arriba Aouate tuvo que arrancarse con algún ejercicio para calentar ante la nulidad ofensiva de Las Palmas. El único remate entre los tres palos llegó con todo vendido y un 2-0 luciendo en lo más alto. Fuese o no premeditado, lo que tampoco se sostiene ante la temeridad de plantear con tanta cobardía el asunto, lo cierto es que el Mallorca gobernó el encuentro con cierta solvencia y tuvo opciones de hacer daño. Si Josico pretendía demostrar jerarquía, justificar clasificaciones, eligió de pena. Su invento de rescatar a Máyor fue una excentricidad injustificable, y esconder a Valerón en un partido de tanta trascendencia tampoco tiene coartada. Nauzet, de regreso al once, apenas levantó la mano, y de otras caras nuevas como las de Aythami o Galán es mejor pasar la palabra. Lo del plenipotenciaro Apoño, definitivamente, constituye un caso sin resolver. O resultará menos incómodo sentar a Valerón.
Capada arriba y refugiada en pelotazos y miedos, la UD se hizo invisible y reincidió en los males de toda la vida. Su comportamiento rozó la vulgaridad y constituyó un auténtico descrédito para cada uno de sus protagonistas.
No recordaban por el Iberostar Stadi función más plácida que la que le procuró la UD. Ganó cómo y cuando quiso el equipo bermellón. Y no cayeron más de pura casualidad. Al descanso todos los méritos se concentraban del lado local, al que nunca se le negaron metros y balón. El partido tuvo una única dirección: el rectángulo de Barbosa. También un solitario pretendiente, ante la dimisión en cadena del visitante. Que llegaran los goles era una cuestión de paciencia. Todo se descorchó en los primeros minutos de la reanudación. Un castigo merecido al tembleque de Las Palmas, cuyos cometidos sobre el césped agotan los descalificativos. Esta vez nadie puede hablar de infortunio, lamentar acciones puntuales, señalar a factores externos.
Tras un primer acto con ocasiones de todos los colores en los alrededores de Barbosa, Nsue y Hemmed consumaron el castigo. A nadie pilló de sorpresa que el asunto quedara resuelto con tanta prontitud. Ya había sido un regalo alcanzar el descanso sin daños. No se acudió a cambios, se mantuvo el plan. La consecuencia fue la que fue.
Josico, como acostumbraba su antecesor, miró para el banquillo con todo perdido, convirtiendo en anécdota la reaparición de Chrisantus tras casi cuatro meses de inexplicable ostracismo o el regreso de Valerón a Mallorca. Meter a Valerón ya sin poder de reacción suena a chufla. El encuentro se consumió entre las mofas del respetable («te ha metido dos goles, el quinto por la cola», le cantaban a Barbosa), la amenaza de un tercero y la incapacidad generalizada de adecentar el rendimiento anterior. Entonces Josico ordenó a Vicente entrar en el campo. Minuto 88. De manicomio.
- Ficha técnica:
2 - Mallorca: Aouate; Ximo, Nunes (Kevin, min. 23) Agus, Bigas; Nsue (Brandon, min. 50),Thomas, Martí, Alex Moreno; Alfaro (Iriney, min.80) y Hemed.
0 - Las Palmas: Barbosa; Ángel, Aythami, Galán (Valerón, min. 60)David García; Javi Castellano, Apoño; Nauzet Alemán, Máyor (Chrisantus, min. 60) Momo (Gómez, min. 87); Aranda.
Goles: 1-0, min. 48: Nsue; 2-0, min. 60: Hemed.
Árbitro: Dámaso Arcediano Monescillo (Comité Castilla-La Mancha).Amonestó a Apoño, Thomas, García, Agus y Kevin.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuadragésima primera jornada de la Liga Adelante disputado en el estadio Son Moix ante unos 15.000 espectadores.