Contra la moda de mover las piedras
Con las piedras no se pueden hacer ni corazones, ni escribir nombres, ni tongas, ni dibujitos. La Consejería de Medio Ambiente del Cabildo recuerda que la proliferación de montículos de piedra o mojones por motivos totalmente ajenos a su uso tradicional supone un atentado contra el paisaje, el territorio y el medio natural, especialmente cuando se realizan en espacios naturales protegidos, en el litoral o en las laderas de las montañas.
Esta práctica puede ser objeto de distintos tipos de sanciones relacionadas con la alteración del paisaje y el territorio, la costa o el hábitat de la flora y la fauna insular. La modificación del entorno está afectando notablemente a muchísimas especies que encuentran su refugio en las piedras que de modo natural se distribuyen por el territorio. Caracoles, insectos, reptiles como la lisa majorera, líquenes y una gran cantidad de especies vegetales, en muchos de los casos en régimen de protección especial, se ven afectados por este tipo de prácticas inadecuadas.
El paisaje es otro de los grandes afectados por esta moda que Medio Ambiente ha detectado de forma indiscriminada.