Condenados a 11 años por el secuestro de un prestamista

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas notificó en pasados días la sentencia que impone penas que suman 11 años y nueve meses de prisión a los grancanarios Luis Armando Díaz Vega, de 27 años, Zebenzuí Rojas Suárez, de 36, Borja Ramón Santana Valido, de 28, y Marcos Sosa Ramírez, de 39, como autores de delitos de detención ilegal, robo con violencia y lesiones. La condena está vinculada con el secuestro al que fue sometido el 17 de octubre de 2014 G.R.H. un prestamista de Vecindario que fue interceptado por el grupo en las cercanías de su casa, para ser introducido en un coche a golpes y conducido a un descampado, donde estuvo esperando maniatado a que sus captores entraran en su casa y la desvalijaran. Lo liberaron a medianoche. La sentencia declara probado que los cuatro acusados todos ellos con condenas previas por distintos delitos, al tener conocimiento de que G.R.H. se dedicaba al prestamos de dinero a cambio del empeño de joyas que guardaba en su casa, lo esperaron sobre las 22.00 horas en las inmediaciones de su casa en Vecindario. Cuando llegó, uno de ellos lo sorprendió por detrás agarrándole por el cuello con fuerza, obligándolo a entrar a la fuerza en un coche. Fue metido en la parte trasera boca abajo por Zebenzuí Rojas, que le pinchó con un objeto punzante y le golpeó hasta que cesó su resistencia. Los cuatro ladrones llevaban dos coches, y condujeron al prestamista hasta un descampado. Allí, bajaron al rehén, lo ataron de pies y manos os, le pusieron un capuchón que le dificultaba la respiración y le robaron la cadena de oro, el anillo, el reloj y su teléfono móvil. A continuación, Marcos Sosa y Armando Díaz le quitaron a la víctima las llaves de su casa, mientras Zebenzuí Rojas y Borja Santana lograban, «propinándole todo tipo de golpes, que aquel les facilitara las claves de las cajas fuertes y los lugares donde éstas se ubicaban». Le dijeron además que iban a matarlo «pegándole un tiro, por ser un encargo de una persona a la que identificaron como Abel, conocido de G.R.H., por una supuesta relación extraconyugal entre la mujer de aquel y éste». El secuestrado llegó a creer que efectivamente lo iban a matar, «implorándoles que no lo hiciesen».

claves. El rehén reveló las claves de sus cajas por la paliza que estaba recibiendo, y Zebenzuí y Borja se las trasmitieron por teléfono a Armando y a Marcos, que ya estaban el casa del prestamista, y vaciaron las cajas de las joyas y objetos de valor que encontraron. Entre otros efectos, expone el fallo, joyas que el propio Zebenzuí había empeñado a través de Armando. Finalizado el robo, Zebenzuí y Borja volvieron al descampado y le dijeron al prestamista que iban a tirarlo al mar, para finalmente revelarle que le iban a dejar libre. Con la capucha y atados de pies y manos, los delincuentes llevaron a su víctima a otro descampado, donde lo abandonaron a las 23.39 horas del mismo 17 de octubre. No fue hasta las cinco de la mañana del día siguiente cuando el hombre fue liberado por unos transeúntes que escucharon sus gritos de auxilio, le liberaron de sus ataduras y avisaron a la Guardia Civil. Además de la condena penal, los acusados tendrán que indemnizar a la víctima con más de 15.000 euros. El fallo es recurrible en el Supremo.

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