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Con un ‘Ave María’ celestial

Con un ‘Ave María’ celestial

Jueves, 1 de enero 1970

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Los Niños Cantores de Viena protagonizaron este lunes el concierto más multitudinario y popular de la 32ª edición del Festival de Música de Canarias. Unas 2.400 personas disfrutaron de la velada gratuita de esta prestigiosa formación en la Catedral de Santa Ana, en la capital grancanaria.

La voz angelical de un niño rubio, de apenas diez años, llevó hasta el cielo a buena parte de los 2.400 espectadores. Una sentida interpretación del Ave Maria (Tercera canción de Ellen), D. 839, opus 52/3, de Franz Schubert, fue la pieza con la que este joven integrante de Los Niños Cantores de Viena protagonizó el momento más brillante del concierto que esta forma ofreció, en la tarde noche de este lunes, en la Catedral de Santa Ana, dentro de la 32ª edición del Festival de Música de Canarias.

«Los niños están muy felices por hacer este concierto en esta increíble catedral, que tiene una acústica muy diferente al Auditorio Alfredo Kraus», aseguró al comienzo Manolo Cagnin, director del coro austríaco. Desde ese instante, uno de los cuatro coros en los que se divide esta formación, integrada en su totalidad por 100 cantantes de edades comprendidas entre los 9 y los 14 años, acometió un programa de claro carácter religioso y espiritual, con piezas de autores como Vivaldi, Tomás Luis de Victoria, Händel, Cherubini, Haydn, Mozart, Bartholdy, Schubert, Rossini, Saint-Saëns, Mascagni, Mochnick, Kratochwil y Schwartz. El punto de partida fue el Gaudete! (Rejoice!), de las Canciones piadosas finlandesas con arreglo de Gerald Wirth, tras lo que llegó el tierno Gloria, de Vivaldi, con el que los jóvenes intérpretes ya empezaron a meter al público en el bolsillo.

Llamó la atención cómo un número considerable de espectadores estuvo, durante los más de 70 minutos de concierto, más pendiente de grabar y fotografiar la velada con su móvil que de disfrutar de las piezas que los niños vieneses desgranaban con gracia y estilo. A pesar de estas injerencias tecnológicas y de que entre el respetable había un buen número de niños bebés incluidos, el concierto se desarrolló con normalidad, con el necesario silencio, y los jóvenes cantantes fueron despedidos con una sonora ovación tras los emotivos bises.

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