

Secciones
Servicios
Destacamos
El deporte, como la alta política, también tiene flujos de poder y ciclos. Hoy el Gran Canaria es un equipo de porte solvente, invicto y encabezando la clasificación junto a Real Madrid y Barcelona. El Estudiantes tiene otro perfil. En sus grandes siempre ha habido contracultura y rebeldía, pero durante muchos años en la cancha fueron pura aristocracia. Es verdad que hace muchos años de su mayor esplendor, pero el equipo que hoy recibe al Granca en Madrid vive una desconfiguración dolorosa y gradual.
En el Palacio de los Deportes, por tercera semana, el Gran Canaria no tendrá a Hansbrough. Ya pasó ante Bilbao y Canarias, y su baja en el perímetro no impidió dos triunfos esclarecedores. Por su lado, el Estudiantes no tendrá a Nogueira, centímetros con un futuro trazado en clave NBA. Esa ausencia, y las molestias de Andrés Miso, hacen todavía más vulnerable a este clásico que junta una victoria a tres derrotas en la clasificación.
El Gran Canaria es una apisonadora. Se siente fuerte, por más que el lenguaje común que se exige en las entretelas de la entidad sea el de la mesura. En dos domingos llegará al CID el Real Madrid de Carroll y Rodríguez, y el grupo claretiano quiere afrontar, previo canjeo con el Estudiantes, con un redondo cero en su estadística de derrotas.
Hoy el Herbalife es un cajón de recursos. Más sólido que nunca, dominando cada resorte de los partidos por la versatilidad de un plantel de noble pedigrí. La profunda y polivalente rotación con la que cuenta Pedro Martínez ha permitido incluso supervivir a los pocos momentos de incertidumbres con los que se ha topado hasta el presente.
El de Pedro Martínez es un conjunto que se esconde sus maleficios más comunes, alcanzado franjas competitivas inéditas y que quiere agotar su mala racha en Madrid. Hace cuatro años que no gana en la capital, ocho derrotas, cuatro ante el Real Madrid y otras cuatro ante su oponente de este domingo.
Se siente fuerte de moral, liderando por la imparable frecuencia anotadora de Nacho Martín, empujado por el excelente forma de un Javier Beirán que tendrá uno de esos días de reencuentro con sus orígenes, o por el pulso de Tomás Bellas y Albert Oliver en la dirección de juego.
Un Granca al galope por la competición aspira a seguir creciendo y ampliando los triunfos que ya le suponen un hito en su historia. El mejor comienzo de nunca ya está conseguido, pero aún quedan muchas historias por contar.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.