Camellos con el DNI en toda regla
Los camellos canarios ya pueden presumir de DNI autóctono, con chip incluido. La aprobación y publicación hace unas semanas de la reglamentación específica del Libro Genealógico del Camello Canario permitirá que cada ejemplar esté perfectamente identificado, lo que supone un avance para la conservación y mejora de la raza.
Los camellos llegaron a Canarias según arrancó el siglo XV acompañando a las primeras expediciones de moriscos que alcanzaron las costas de Fuerteventura. Durante los siguientes cinco siglos se han ido adaptando a la orografía y al clima de las Islas, sobre todo las orientales, y dando un dromedario fuerte y, aún con menor tamaño que sus antepasados, con unas características morfológicas y funcionales que lo hacen único y, por tanto, diferente de otros ejemplares de su especie.
Su inclusión en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España, en febrero de 2012, supuso un gran avance pero también un nuevo reto para los criadores que, junto a la Dirección General de Ganadería, defendieron esta raza autóctona y convirtieron al camello canario en el primer y único camélido de la Unión Europea (UE).
Ahora, con la publicación de reglamentación específica del Libro Genealógico del Camello Canario, los criadores que impulsaron la nueva raza tienen que velar por su conservación y mejora, máxime cuando esta raza está considerada por Europa y España en peligro de extinción. No se trata, asegura el director general de Ganadería, David de Vera, de un mero libro de registros, sino de «una herramienta de preservación del patrimonio genético de esta raza».
En el libro están incluidos los 846 ejemplares que hay en Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria que cumplen con el patrón genético. De los cruces entre ellos se pretende preservar la raza y ligarla a actividades como la turística como prácticamente única manera, dice De Vera, de garantizar su supervivencia porque, si bien hasta mitad del siglo pasado su vinculación con las tareas agrícolas y de transporte de mercancías y viajeros eran su salvaguarda, ahora su único uso es la exhibición y el paseo de turistas.
«Nuestra obligación es salvaguardar la raza porque forma parte de nuestro patrimonio etnográfico», asegura De Vera. Y el departamento que ahora dirige trabaja codo con codo con la Asociación de Criadores de Camello Canario «para dotar al camello canario de ese DNI genético que marca la diferencia con el resto de camélidos» y que en cinco siglos lo ha diferenciado, tanto en su apariencia como en su genética, de los camellos africanos.