Andreu Martín: «Los libros ya no denuncian, sino que van cargados de rabia»
Para el escritor Alexis Ravelo, Andreu Martín marcó un antes y un después en la literatura negra española con la publicación de ‘Prótesis’. Estos días el autor catalán visitó la isla para mantener un encuentro con su colega canario en el Museo Benito Pérez Galdós.
El nombre de Andreu Martín se une al de Manuel Vázquez Montalbán y Juan Madrid como pionero de la novela negra española. ¿Se siente padre del género negro actual, de escritores como Alexis Ravelo? Me siento padre de una generación de escritores, más que nada, porque me lo dice la gente y lo tengo que creer. La obra que he hecho la han leído escritores como Alexis. Mis novelas, tanto las que escribo para adultos como para los jóvenes, les estimula. Sí, me siento así.
En la Transición hubo una explosión de la literatura negra. Parece que es un buen género para explicar los resortes de una sociedad cambiante, en crisis. En aquel momento nació como un grito de protesta, como una réplica al tipo de cultura que se había instaurado, muy clasista. Se decía que la novela era pura estructura, pura forma. Incluso se decía que la novela no estaba muerta, pero que estaba a punto de morir, que todas las historias ya habían sido contadas. Solo se tenía en cuenta la estructura, la forma... La novela se estaba perdiendo por vericuetos aburridos, hasta que salimos nosotros con la realidad por argumento. Tocábamos temas importantísimos en la medida que escribíamos lo que los periódicos no publicaban. Nos pensábamos que escribiendo podíamos contribuir a que la sociedad evolucionara, a que mejorara.
Pero usted sigue escribiendo de temas que no salen en la prensa, como el tema de las mafias chinas de Sociedad negra. La diferencia entre esos primeros tiempos de la década de los 70 y ahora es que, actualmente, te queda claro que, por mucho que las cuentes, las cosas no cambian. Ese descubrimiento es una gran decepción de toda una generacion. Pensábamos que sí, que podíamos ayudar a que alguien pudiera hacerlo funcionar. Cuando vi el musical Chicago en un teatro barato con una compañía cutrilla que bailaba bien pensé que era una denuncia sobre el funcionamiento de la prensa, los jueces, de los tribunales... Luego, cuando vi la película, con Richard Gere, Renée Zellweger, Richard y Catherine Zeta-Jones, y dije: «esto ya no es denuncia, es una advertencia». Una cosa es hacerlo con cuatro duros y otra es hacerlo con todo el polvo que levanta una superproducción de Hollywood. Nos decían: «fijaos cómo va el mundo, esto es así». Ahora, nuestros libros no son de denuncia sino que están cargados de rabia. Perdimos la visión. Nuestra jugada se quedó en nada. La literatura negra no sirve para derrocar un régimen, ni para cambiar el sistema. Sirve para pasárselo bien y exorcizar nuestros miedos. Tiene que ser eso, no debe pretender ser nada más.
Desde el 2009, el detective Flánagan está desaparecido. ¿Volverá? Este año se cumplen 25 años de que nos dieran el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Jaume Ribera y yo no somos los mismos, pero Flánagan tampoco es el mismo. Vamos a hacer un experimento, un libro de Flánagan destinado tanto a adultos como a jóvenes, lo que llaman un crossover.
¿Cuándo se publicará esta nueva entrega de la serie? Ya está tardando. Se está retrasando un poco. Seguimos trabajando en ella. Los editores están un poco nerviosos.
Usted ha escrito mucho a cuatro manos. Es bastante raro porque todos los creadores suelen tener cierto ego. ¿Cómo lo consigue? Escribir a cuatro manos te permite ofrecer lo mejor de ti mismo y unirlo a lo mejor de otro. Se multiplica la calidad de la obra. Lo que intento es fascinar al lector y dejarlo bien atrapado. En las novelas que he escrito con Jaume Ribera o con Carles Quílez, ellos han aportado elementos que no tengo. Las han enriquecido muchísimo. El producto final es mejor, pero eso también significa el sacrificio del ego, aprender a aceptar las críticas, que te tachen cosas que te parecen brillantes. El libro es resultado de sacrificio, ese diálogo.
¿Ha ganado tantos premios para esquivar la inestabilidad de no tener una editorial de cabecera? Soy un profesional de la escritura. No soy un maestro, ni un periodista, ni un rico que escribe novelas. Necesito novelas para ganarme la vida. Si gano un premio, más dinero que si no lo gano. Si me diversifico es por una cuestión de superviviencia.
LA VOZ DEL EXPERTO, JAVIER RIVERO GRANDOSO
Prolífico, constante en la escritura y multipremiado, son algunos de los calificativos que usa el licenciado en Filología Hispánica y autor de un doctorado sobre novela negra actual, Javier Rivero Grandoso, para describir a Andreu Martín.
Rivero dice que la obra de Andreu Martín se ha ido innovando con el paso de los años. De hecho, explica que en sus últimas novelas, ha usado juegos metaliterarios que permiten que el propio escritor entre y salga de las historias.
Según el estudioso de la novela negra actual, el autor de Barcelona Connection usa un lenguaje muy directo para presentar tanto el sistema de corrupción, como la delincuencia a pequeña escala en los barrios bajos, principalmente de Barcelona.
La violencia explícita y las descripciones sórdidas de las escenas sexuales abundan en su obra, sobre todo en Prótesis. «Es una de las novelas más importantes de las últimas décadas. No solo del género negro. Es indispensable», dice Rivero.
ESCRIBIR CON TRIPAS Y CEREBRO.
Alexis Ravelo (Gran Canaria, 1971) dice que Andreu Martín (Barcelona, 1949) escribe con tripas y mucho cerebro. «Es un experto en recrear ambientes sórdidos. En sus libros, la violencia duele», comenta el canario. En el encuentro, tuvieron oportunidad de hablar sobre su aprecio a Galdós, cuyo espíritu los ha reunido. Según cuenta Martín, los que han «leído a Galdós somos galdosianos. Sobre todo, si hemos escrito novelas históricas, como en mi caso Cabaret Pompeya y Barcelona trágica. Galdós sobrevuela por las dos, sin duda».
