Adrián Cifuentes, un grancanario de oro
Sólo los escogidos están llamados a alzar tres años consecutivos el título de campeón de España. Lo acaba de lograr el grancanario Adrián Cifuentes, y con su gesta se ha ganado su participación en el Mundial de taekwondo, en México, junto a Nico García Hemme y Rosana Simón. Casi nada.
Adrián Cifuentes Diepa (Las Palmas de Gran Canaria, 1990) disfruta estos días del sol de Gran Canaria rodeado de sus amigos del capitalino barrio de Tamaraceite, y junto a su madre, Emilia y Dani, su hermano pequeño. Tendrá que volver mañana al centro de alto rendimiento (CAR) de Barcelona, donde entrena y estudia el grado superior de Actividades Físicas y Deportivas, sin haber podido ver esta vez a su padre, Francisco, embarcado desde hace varias semanas en una plataforma petrolífera.
Cifuentes se marchará de la Isla tan discretamente como llegó, tras haber ganado el pasado 16 de marzo en Castellón su tercer título consecutivo de campeón de España absoluto en la categoría de menos de 54 kilos. Un triunfo insuficiente para salir del anonimato al que están condenados los practicantes de un deporte minoritario, pero que le allana el camino para participar con la selección española en el Mundial que se celebrará en julio en México, junto a otras dos leyendas canarias de este arte marcial coreano: el medallista olímpico Nicolás García Hemme, y la palmera campeona del mundo Rosana Simón.
Será la tercera participación de Cifuentes en un mundial absoluto, tras defender los colores de España en las dos últimas competiciones en Dinamarca (2009) y en Corea (2011).
Aunque a estas alturas quedan pocas dudas, el grancanario quiere consolidar su plaza en la selección española en el Open de España puntuable en el ranking internacional que se disputará a principios de mayo en Alicante, en un peso en el que su rival más serio es otro isleño, el tinerfeño Carlos González Correa, que entrena con su hermano Samuel en el CAR de Murcia.
Pero una crisis que no respeta ni a a la élite obligará a Cifuentes como al resto de deportistas a costearse los gastos del desplazamiento y la estancia. Ya lo hizo en la edición del año pasado de este mismo torneo, cuando durmió prácticamente en el suelo de la habitación del hotel donde se hospedaban los competidores la noche previa a la competición.
Quita hierro Cifuentes a la anécdota, consciente de lo complicado que es mantener una beca en el CAR en tiempos de recortes y más recortes.
Le duele más al tricampeón de España no haber recibido hasta ahora «ni una sola llamada de un representante de las administaciones públicas del Archipiélago» para felicitarle. Comprende Cifuentes que sus méritos pasen desapercibidos para la mayor parte de los isleños, pero entiende menos que siga siendo invisible para las autoridades políticas canarias después de haber paseado la bandera de la comunidad por medio mundo: «A veces te planteas incluso si piensan que no soy canario por el hecho de entrenar en la Península, pero es absurdo. Sé de dónde soy, me reconozcan o no».
