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'¿Acuaslo?'

Sábado, 11 de octubre 2014, 01:00

En una de sus magistrales interpretaciones de Los famosos cuentos de Pepe Monagas, Pepe Castellano contaba que, en cierta ocasión, el legendario personaje creado por Pancho Guerra, fue citado como testigo a un juicio en el que se debía resolver un litigio que mantenían dos comadres del Risco de San Nicolás, esposas ambas de dos buenos amigos con los que compartía no pocos copetines en uno de los cafetines del barrio. Como quiera que no podía escurrirse ante la llamada de la Justicia, nuestro hombre se presentó en la sala de vistas no con poca comezón porque no quería perjudicar a ninguno de los compañeros de barra y así, con la retranca característica del canario de siempre, ante la pregunta inicial de: ¿Jura usted decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?, no dudó en responder: ¡Oh, pregunte a ver! Así las cosas, ante tal derroche de sabiduría popular, toca concluir que según sea la pregunta habrá una u otra respuesta. Claro que si a nuestro hombre le hubiesen preguntado: ¿Cree usted que Canarias debe cambiar su modelo medioambiental y turístico por las prospecciones de gas o petróleo?, la respuesta hubiese sido contundente: ¿Acuaslo? Y a partir de ahí que se hagan todas las consideraciones que se quieran.

Que si es la única manera de formularla para que no sea recurrida, que si la norma obliga que sólo se haga en lo referido a lo que son competencias autonómicas, que si... La conclusión es clara: confusa, como la madre que la trajo. Tanto que todos coinciden en el diagnóstico, sean detractores o promotores. Otra cosa es que sea fraude de ley, una mano al cuello de los propios nacionalistas o un tiro al pie de ellos mismos. Pero, con todo, reducir el asunto al confuso planteamiento de la cuestión, es simplificar y distraer un debate vivo e intenso en la sociedad canaria. Petróleo sí, petróleo no. Riesgos sí o no. Beneficios sí o no. Protagonismo canario sí o no. Nuevo modelo energético sí o no.

Es verdad que el Gobierno canario, valedor de la propuesta, no es ningún dechado de buen hacer en lo que a políticas medioambientales y turísticas se refiere, ahí están como ejemplos su criticado, por la mayoría de los sectores conservacionistas, Catálogo de Especies Protegidas y su contradictoria negativa al petróleo y no al gas, por citar dos casos; pero, no es menos cierto, que en el proceso de elaboración se ha permitido, como nunca, la participación de representantes de un sin fin de estamentos sociales y abre la vía a que, por primera vez, la ciudadanía canaria pueda manifestarse sin tener que hacerlo con el resto de las comunidades, lo que no deja de ser una incentivación a la participación, algo que, por cierto, se pretende promover, o eso dicen, con las medidas de regeneración democrática que quiere activar el Gobierno central, y que, contempla entre otras, la reforma de la ley de iniciativa popular con el fin de hacerla menos tortuosa. Y es que, más aún en este tiempo de degradación general e incompetencia, para muestras la corrupción generalizada y la crisis del ébola, promover la participación fomenta el espíritu crítico y la responsabilidad cívica y política de los ciudadanos. Y eso no es malo. Así que, pregunten a ver.

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