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El camino hacia las primeras elecciones democráticas en Sudáfrica fue largo y tortuoso. De hecho, cuesta creer que hasta 1994 la población negra del país estuviera sometida a un régimen tan aterrador como el del Apartheid. Casa África reúne pruebas gráficas y musicales de la lucha por los derechos civiles.
El régimen segregacionista sudafricano ocupó uno de los capítulos más vergonzantes de la historia reciente. Hasta el mes de octubre, Casa África nos invita a asomarnos a aquella dolorosa realidad a través de la exposición Artivismo, el papel de la cartelería y la música en la lucha contra el Apartheid sudafricano en los años 70 y 80.
La exhibición reúne 48 carteles realizados por diversos colectivos de liberación y movimientos culturales para señalar los agravios que padecían y exigir justicia. «El arte fue un instrumento que contribuyó a la derogación del régimen», comenta Estefanía Pereira, comisaria de esta exposición que constituye el proyecto final de un Máster de Gestión de Patrimonio Artístico y Cultural.
La problemática de las mujeres con su triple discriminación -por la raza, por su sexo y por su estatus en el mundo laboral-, la demanda de que se derogara la Ley del Pase, que impedía la libre circulación de personas de color en las zonas urbanas, donde se concentraba el empleo; la precariedad de la educación bantú -especialmente ideada para que los negros ocuparan tareas poco cualificadas y que les prohibía el estudio de determinadas asignaturas- son algunas de las injusticias que airean estos carteles.
Los presos políticos encarcelados sin juicio previo o la reclamación del voto para la población negra fueron otras de las demandas que se plantearon a través de estos pósters con los que se llamaba a la movilización popular. «Los carteles tienen carácter divulgativo y se colocaban en las calles. Se evitaba poner el nombre de los involucrados porque había riesgo de detención», explica Pereira, que recuerda el caso de los doce miembros del colectivo de creadores Medu Arte Ensemble, asesinados en 1985 por los militares sudafricanos. «Los carteles fueron aportados como evidencia de que eran terroristas», explica la investigadora.
SÍMBOLOS PARA DESPERTAR CONCIENCIAS
Iconos. El pasado 16 de junio se cumplieron los 40 años de la matanza de Soweto, donde la policía sudafricana asesinó a 566 niños que se manifestaban contra la adopción del afrikáans -el idioma de los boers- como lengua oficial. La imagen donde aparece el cadáver de Hector Pieterson, un niño de doce años, en brazos de su compañero de escuela Mbuyisa Mkhuba, dio la vuelta al mundo y estremeció a la comunidad internacional.
Música. Canciones y conciertos reivindicativos aportaron su granito de arena en la lucha contra el régimen. Estas manifestaciones formaron «parte de la cultura musical occidental a través de artistas de renombre como Miriam Makeba, Jonas Gwangwa o U2», recuerda Estefanía Pereira. Además, Steven Van Zandt formó el grupo Artist United Against Apartheid con Bod Dylan, Ringo Starr y Bruce Springsteen.
Censura. Los músicos sudafricanos codificaron de sus letras, crearon emisoras piratas y usaron pseudónimos para evitar la censura y la persecución política. Kalahari Surfers, por ejemplo, fue un grupo fantasma que unía a músicos blancos y negros infringiendo la prohibición de que tocaran juntos. Muchos artistas tuvieron que exiliarse por expresar sus ideas, como Miriam Makeba o Hugh Masekela.
FICHA.
Qué. Artivismo, exposición de carteles.
Dónde. En Casa África, calle Alfonso XIII, número 5.
Cuándo. Se puede ver hasta el 14 de octubre. De lunes a viernes, de 9.00 a 18.30 horas (hasta las 15.00 horas en julio y agosto, por el horario de verano).
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