Internet y sus mitos culinario-fantásticos nunca dejan de sorprenderme. Hace poco tiempo descubrí una de las teorías más locas que campan a través de la fibra óptica (agá-rrense que vienen curvas): que el brócoli es un híbrido moderno nacido de la mezcla de coli-flor y grelo y que debe su nombre a la familia italiana que introdujo su cultivo en Estados Unidos, los Broccoli. Según esta demencial fantasía, la fortuna ganada con esta verdura habría sido lo que permitió a Albert R. Broccoli (1909-1997) entrar en el mundo del cine y convertirse primero en dueño de los derechos sobre el personaje de James Bond y después en productor de las películas del agente 007.
Obviamente combinar el brócoli con historias de espías y 'glamour' hollywoodiense da como resultado un cóctel tan llamativo e irresistible que, a pesar de su escasa fiabilidad, sigue dando de vez en cuando coletazos aquí y allá. La realidad, bastante más prosaica, dice que la saga Bond no tiene más relación con la verde brasicácea que el apellido de Alberto Romolo Broccoli, neoyorkino de ascendencia calabresa que en 1960 adquirió el 50% de los derechos fílmicos sobre el agente secreto ideado por Ian Fleming.
El germen de ese mito pudo estar –aparte de en el literal apellido– en que los Broc-coli emigraron a EE UU desde la región italiana de Calabria, cuna de una de las variedades más conocidas de brócoli, y en que esta verdura no llegó a ser un alimento verdaderamente popular hasta la segunda mitas del siglo XX.
El brócoli o 'brassica oleracea var italica' es una planta de la familia de las coles que, de manera similar a la coliflor, tiene densos y comestibles ramilletes florales. Al igual que otras variedades de brasicáceas, el brócoli surgió a través de la selección humana y a partir de la domesticación de la col silvestre en el sur de Italia y Sicilia. Es muy probable que en tiempos de los romanos ya se conocieran distintos tipos como el calabrés, el morado siciliano, el blanco o de Nápoles, el 'broccoletto' de Custoza (Véneto) e incluso el romanesco, que también es un tipo de 'broccolo'. Aunque nosotros nos empeñemos en usar su plural el nombre de esta verdura en italiano es 'broccolo', procedente del latín 'broccus' (puntiagudo, saliente, talludo…) y emparentado en castellano con «broca», «brocal» o «broche».
Múltiples nombres
Además de brócoli en nuestro país se ha denominado brécol, brócol, bróculi, brecolera o brocules y ya en 1770 el diccionario de la RAE lo definió como una «especie de bretón muy delicado y gustoso». Ojo aquí porque el bretón es el renuevo o tallo que brota de la col común cuando ésta se deja florecer, un verdura comestible que no guarda relación directa con el brócoli.
El filólogo Esteban de Terreros y Pando intentó corregir este error al especificar en su 'Diccionario castellano' de 1786 que los brocules (entonces se empleaba la palabra casi siempre en plural) eran «hortaliza muy delicada que algunos equivocan con los bretones, pero estos son los renuevos tiernos que arroja la col y los brocules nacen de su propia y particular semilla, y son mucho más delicados y suaves al gusto». También detalló que tanto el nombre como la semilla habían llegado a España desde Italia.
A pesar de que el brócoli también hiciera tímidos pinitos en la agricultura americana du-rante el siglo XVIII, su éxito comercial en Estados Unidos llegó más de 200 años después. Lo hizo de la mano de una familia de inmigrantes italianos cuyo apellido no era Broccoli sino d'Arrigo: en 1923 los hermanos sicilianos Andres y Stefano d'Arrigo fundaron en Boston una compañía agrícola que hizo del brócoli su bandera, consiguiendo que en poco tiempo entra-ra en casi todas las cestas de la compra. A día de hoy se encuentra entre los 10 vegetales más consumidos por los estadounidenses y supera en fama incluso a Bond, James Bond.
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