UPN y PP consuman su divorcio e irán por separado el 23-J

Desde Génova reconocen lo contactos entre el líder de UPN y su secretaria general Cuca Gamarra en un intento por unir posturas y coaligarse el 23-J en aras de concentrar el voto del centroderecha, más si cabe tras la decisión de Ciudadanos de no concurrir a la cita electoral. Y todo, pese a que el lunes, el portavoz de campaña, Borja Sémper, aseguró que «en principio» no está prevista «ninguna» coalición.

Los populares insisten en tender la mano al partido regionalista y, por ello, ofrecen incorporar a candidatos de UPN como independientes en sus listas. Ambas propuestas, confirman fuentes populares, tendrán plena vigencia «hasta el último minuto» previsto por el régimen electoral, puesto que la voluntad del PP es «aunar esfuerzos para ofrecer a los navarros una opción de centroderecha que muchos de ellos han elegido en anteriores elecciones generales». Además de, señalan las mismas fuentes, « librarles en España de un gobierno socialista en manos de partidos nacionalistas y que concede peso y capacidad de decisión a formaciones como EH Bildu».

En cualquier caso, la formación de Esparza ha reiterado que, «más allá de las provocaciones del PP, los diputados que obtenga UPN darán su voto a Alberto Núñez Feijóo si se presenta a la investidura para que sea el próximo presidente de España, pese a que el PP ya dijo que estaba dispuesto a hacer presidenta de Navarra a María Chivite».

Las relaciones entre ambas formaciones estaban muy dañadas y habían entrado en un punto de no retorno el pasado enero cuando los de Esparza recharon una alianza de tú a tú con los conservadores y decidieron presentarse en solitario a las elecciones muniicpales y autonómicas del pasado 28 de mayo. En la dirección del PP atribuyeron ese movimiento a un intento de UPN por «tener las manos libres para pactar con el PSN». Y es que, según su tesis, Esparza tiene la «ambición personal» de convertirse en el vicepresidente de Chivite.