El PSOE reclama a Junts y ERC dejar a un lado los maximalismos

Félix Bolaños, ministro de Presidencia en funciones y uno de los altos cargos designados por el PSOE para pilotar las negociaciones de la investidura, urgió ayer a las fuerzas independentistas catalanas a aparcar los maximalismos e iniciar las conversaciones en torno a reclamaciones concretas que quepan en la Constitución. Es decir, dejar de lado las reivindicaciones de amnistía y referéndum de autodeterminación. «No se entendería que esas fuerzas políticas se quedaran en exigencias de máximos sin hacer ningún tipo de movimiento», resumió el dirigente del PSOE. No nombró a las fuerzas secesionistas catalanas pero los destinatarios del mensaje quedaron más que claros. Lo esencial, añadió el ministro en funciones, «es hablar con tranquilidad para que cualquier acuerdo signifique un punto de equilibrio donde todas las partes se sientan cómodas.» «Por supuesto -resaltó– dentro de la ley y dentro de la Constitución»

Bolaños insistió en la discreción de unas negociaciones a varias bandas que por ahora todas las partes niegan que hayan comenzado, pero para las que al menos PSOE, Sumar y Esquerra ya han nombrado a sus equipos para sentarse en la mesa.

No parece en cualquier caso que el llamamiento de Bolaños vaya a llegar a buen puerto, al menos en los próximos días. Tanto Junts como Esquerra se mantienen firmes en sus propuestas para alcanzar la independencia, aunque los primeros exijan su ejecución de manera inmediata y los segundos apuesten por prolongarlas en el tiempo mientras que se arrancan nuevas competencias autonómicas a la Moncloa.

En una entrevista a la agencia Reuters, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, avanzó que exigirá a Sánchez un «calendario estricto» para que se materialicen todos y cada uno de los acuerdos que puedan alcanzarse. Y es que, según denuncia ERC, mucho de lo firmado durante la pasada legislatura se ha quedado en el tintero ante la falta de voluntad de los socialistas.

ERC se siente muy presionado por Junts a cuenta de su respaldo durante los últimos cuatro años a la coalición liderada por Sánchez. Más aún cuando el 23-J los republicanos perdieron seis de sus 13 diputados en el Congreso, lo que desde la formación de Carles Puigdemont poco menos que se ha celebrado como un castigo al supuesto seguidismo del Gobierno central. Ello a pesar de que Esquerra, con su portavoz parlamentario Gabriel Rufián a la cabeza, se opuso en el Congreso a la reforma laboral o a la modificación del 'solo sí es sí' para frenar las rebajas de penas y excarcelaciones de delincuentes sexuales.

El reloj corre hacia el inicio de la legislatura el 17 de agosto, pero Junts se lo toma con calma. Tanto que Carles Puigdemont disfruta de unas vacaciones en la Costa Azul de Francia, quizá las últimas durante una temporada en el país vecino si la justicia europea le retira finalmente la inmunidad como europarlamentario. Pese a las peticiones del expresidente Artur Mas de ser «exigentes, pero no intransigentes» e incluso las de una parte del empresariado catalán, las exigencias de Junts permanecen inamovibles: amnistía y autodeterminación.