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Antonio Corbillon
Lunes, 14 de febrero 2022, 20:39
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Hay algo en lo que Juan García-Gallardo Frings (Burgos, 1991) ya es el primero. Es el candidato a presidente de la Junta más joven de la historia autonómica. También el más inexperto. Dio el paso hacia la política hace apenas nueve meses, en junio de 2021. Le motivaron «la inquietud política y el periodo de restricciones» sufrido a causa de la pandemia.
La decisión supuso dar un 'volantazo' a un destino marcado por el Derecho. «Un cambio absoluto de vida», según describió en la misma noche electoral en que saboreó las mieles del triunfo. Aunque toda comparación siempre puede llevar a equívoco, el apellido García-Gallardo pasaría por ser en Castilla y León lo que Garrigues Walker en España. Fundado por su abuelo, Juan Manuel en 1957 –aún sigue en activo–, fue su padre, del mismo nombre, quien hizo madurar un despacho que hoy cuenta con sedes en Burgos y la Castellana madrileña. Y, sobre todo, con una cartera de clientes de alta graduación. Su último éxito lo consiguieron la pasada semana al lograr que el ex presidente de Caja Burgos, José Manuel Arribas, fuera absuelto de varios delitos económicos después de autoconcederse un crédito para sus empresas por valor de 35 millones de euros.
También han confiado su suerte legal a los García-Gallardo el ex presidente de las Cortes regionales, José Manuel Fernández Santiago, que tuvo que declarar sobre la trama 'Gürtel', o la familia Ruiz Mateos, para los que han conquistado no menos de diez fallos absolutorios.
El hoy representante de Vox se graduó en Derecho con Diploma en International Legal Studies por la Universidad Pontificia de Comillas. Allí también cursó un doble Máster de Acceso a la Abogacía y Derecho de Empresa en Icade-Deusto. Unico varón en una familia con cuatro descendientes, su madre y dos de sus hermanas también se dedican al Derecho.
Antes de incorporarse al despacho familiar en Madrid, el joven letrado se fogueó en bufetes de tronío como King&Wood Mallesons o Smith Freehill, con los que se especializó en pleitos mercantiles internacionales. Civil y Penal económico son otras de sus especialidades.
Habla inglés y alemán, y también se defiende con un francés aceptable. Está curtido en comunicación y debate: ha ganado competiciones autonómicas y llegó a participar hace ocho años en el campeonato mundial de discusión en castellano. También le premiaron en la Universidad CEU San Pablo en su curso de Liderazgo y Compromiso Cívico.
Sin embargo, desde su toma de alternativa en un mitin en la plaza Universidad de Valladolid y con 'testigos' como Ortega Smith o el propio Santiago Abascal, ha mostrado un perfil discreto de frases cortas en las que repite la ortodoxia de Vox sin salirse ni una coma.
La bisoñez de su llegada a la política le ha jugado una mala pasada al revisar su 'huella' digital. En 2011 fue especialmente pródigo en tuits de corte homófobo, racista o machista. En unos habla de fútbol, «ese deporte repleto de maricones»; en otros de feminismo, «una ridiculez. Más aún si no eres mujer»; y en otros, de inmigrantes negros a los que «les huele el aliento a seis metros de distancia». Él lo ha atribuido todo a pecados de veinteañero.
En su tiempo libre, Juan García-Gallardo es un amante de la hípica. Una «afición de andar por casa», la ha definido alguna vez, pero en la que también ha ganado concursos en Castilla y León.
Un 'hobby' que comparte con su novia, una asesora mallorquina, y que le debe a su tío Enrique y a sus primos, con los que suele montar. La tauromaquia, uno de los referentes culturales de Vox, también figura entre sus devociones desde que un amigo le llevara a ver una corrida a Las Ventas en Madrid con 18 años.
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