Secciones
Servicios
Destacamos
Arturo Cervellera
Jueves, 13 de julio 2023, 15:51
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Carlos Mazón ya es presidente de la Comunidad Valenciana. Mes y medio después de unas elecciones autonómicas que dieron un vuelco al tablero político valenciano y encumbraron con claridad al PP como el partido más votado, el que fuera candidato de los populares ha sido investido como jefe del Consell gracias al voto favorable de PP y Vox.
Los 53 diputados de los dos partidos han permitido a la derecha recuperar el Palau tras dos legislaturas en la oposición donde el poder ha estado en manos del Botánico. Los principales partidos que firmaron en su día este pacto, PSPV y Compromís, han votado en contra del candidato con sus 46 parlamentarios, pero tras la desaparición de Unidas Podemos de Les Corts han sido incapaces de frenar una investidura que estaba cerrada.
Porque, a diferencia de otras regiones como Murcia, en la Comunitat Valenciana el pacto PP-Vox estaba bien atado desde hace semanas y los votos más que garantizados. De hecho, está claro hasta que el vicepresidente de Vox será el torero Vicente Barrera. Porque Mazón es consciente de que, a diferencia de los anteriores Ejecutivos del PP, no cuenta con la mayoría en Les Corts y que tendrá que alcanzar acuerdos en infinidad de ocasiones. De forma prioritaria lo hará con sus socios que representan a la derecha populista pero no quiere cerrar la puerta a PSPV y Compromís ya que hay materias en donde está más cerca de ellos que de Vox.
Noticia Relacionada
En este sentido, el ya presidente de la Generalitat ha realizado un discurso con gestos tanto a su izquierda como a su derecha consciente de que su mejor carta presentación en esta onceava legislatura es una postura de mano tendida a todos. Y el primero es la misma estructura de su Ejecutivo.
Mazón ha avanzado que no sólo tendrá una Conselleria de Igualdad, sino que le dará rango de vicepresidencia igualando así este departamento con uno de los que ocupa Vox, que tendrá tanto una vicepresidencia cultural como las consellerias de Agricultura y Justicia. Una forma de marcar distancias con unos socios con los que mantiene diferencias en la lucha contra la violencia machista. De hecho, esta misma semana se evidenció en una concentración de repulsa al crimen de Antella, donde un policía local asesinó a su mujer y a su hijo y luego se suicidó. Vox no quiso ponerse detrás de la pancarta por el eslogan «violencia machista» ya que ellos sólo hacen referencia a «todas las violencias» o a la «violencia intrafamiliar».
Con movimientos así Mazón avanza que su pacto con Vox no supone asumir los postulados marcados por la formación de Santiago Abascal y que tratará de hacer equilibrios y buscar cuestiones que unan a las cuatro formaciones con presencia en Les Corts. Y así lo ha hecho en el arranque de su discurso de investidura, donde ha propuesto guardar un minuto de silencio con motivo del 26 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA. Tras el mismo ha sonado un potente aplauso por parte de todos los parlamentarios. Uno de los pocos de la jornada.
Una vez concluido este pequeño homenaje Mazón ha arrancado un discurso algo previsible y con poco impacto más allá del anuncio de la vicepresidencia. En el mismo se han expuesto las principales líneas de actuación como presidente, todas ya conocidas. Pero apelando al sentimiento de pacto ha querido empezar evidenciando que siempre tendrá «la mano tendida», tal y como ha tratado de hacer en estas primeras semanas en las que intentó buscar el apoyo de los socialistas a su investidura y llegó a pactar con Compromís un asiento en la Mesa de Les Corts, además de cerrar una investidura con Vox.
Tras esta verdadera declaración de intenciones sí ha pasado a desgranar su programa. Y como primer eje se ha centrado en una sanidad que estará en el centro de su gestión. Para impulsar medidas con un amplio consenso como es el refuerzo de la atención primaria, la reducción de las listas de espera, la dignificación de los profesionales o una mayor apuesta por la salud mental. Pero también con otras que le diferencian de la izquierda como la supresión «del requisito lingüístico encubierto».
En la misma línea se ha pronunciado sobre la educación. El aspirante del PP quiere culminar el proyecto de implantar guarderías gratuitas de cero a tres años, pero también crear un sistema que garantice una buena formación «para competir en un mundo global». Entre sus objetivos destacan promesas como terminar con normas que han dejado de lado a la concertada y garantizar «una verdadera libertad de elección» tanto de centro como de lengua que considera que no ha sido real durante los últimos ocho años del Botánico.
El tercer gran tema, como no podía ser de otra forma, han sido los impuestos. Mazón ha confirmado que aprobará una reforma fiscal «para rebajar el IRPF a todos los valencianos», en especial a las clases medias, «garantizando la progresividad». Pero este no será el único cambio fiscal ya se que se derogará una tasa turística que se iba a comenzar a aplicar en 2024 y se suprimirá el impuesto de sucesiones y donaciones.
El fomento de la vivienda pública o el despliegue de unas energías renovables cuyos proyectos llevan años atascados serán otras de las grandes iniciativas, tal y como ha subrayado Mazón. Pero en esta legislatura habrá hueco para la identidad, con la promesa de que se aprobará una nueva ley de señas de identidad y de que «el gobierno del cambio eliminará todo apoyo a aquellos que nos quieren imponer los països catalans». Así lo ha remarcado el ya presidente de la Generalitat en una de sus intervenciones más aplaudidas tanto por sus diputados como por Vox.
Pero el verdadero momento en el que se ha lucido Mazón no ha sido en su intervención inicial sino cuando ha comenzado el debate en sí. Es cierto que ha tratado de mantener el tono conciliador, en especial en sus réplicas a Ana Vega, síndica de Vox. Para la dirigente verde sólo ha tenido buenas palabras, pero fue diferente tanto como Ximo Puig como, en especial, con Joan Baldoví.
Al saliente presidente de la Generalitat, que dejará de serlo de forma oficial una vez sea el acto formal este lunes y se publique la investidura de Mazón en el Boletín Oficial del Estado (BOE), le ha reprochado que se le haya echado en cara «que agite el fantasma del catalanismo» y que se hagan cesiones «vergonzosas» a Vox en municipios como Náquera, donde se han vetado en los balcones públicos la bandera LGTBI. De la misma forma, no ha compartido que se haya referido a su «tibieza» respecto a la violencia de género. Como respuesta, Mazón le recordó la ley del sólo sí es sí que ha reducido la pena de violadores. Pero en ningún momento ninguno de los dos candidatos ha querido ir a un choque continuo y evidente, manteniendo la puerta abierta a pactos pese a reproches puntuales de ambos.
Con Baldoví sí que ha confrontado de forma directa y Mazón ha llegado a admitir que le gusta debatir con el dirigente nacionalista. Al mismo le ha recordado que no ha logrado grandes avances en el Congreso y que ha sido «el pagafantas» de Pedro Sánchez. Del mismo modo, ha expuesto una realidad dolorosa para Compromís, el hecho de que son el único partido con representación en Les Corts que ha perdido votantes ya que tanto PP como PSPV y Vox han aumentado sus apoyos y sus representantes. En este sentido, ha pedido reflexionar a los de Baldoví.
Una vez concluida la investidura de Mazón la presidenta de Les Corts, Llanos Massó, ha confirmado que el siguiente paso será notificar el resultado de la votación al jefe del Estado, el rey Felipe, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El siguiente paso será la toma de posesión, que se realizará el lunes en Les Corts. A partir de ese día Mazón ya ejercerá como presidente y podrá comenzar a nombrar a las personas que conformarán el nuevo Consell, del que aún se han desvelado muy pocos nombres.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.