La zona euro frena su expansión en plena tensión arancelaria
El PIB del segundo trimestre creció al 0,1% frente al 0,6% de los tres primeros meses de 2025. España se mantiene como motor de la región
La guerra arancelaria empieza a dejarse notar en la economía global. También en la zona euro, que comienza a dar señales de agotamiento con un ... crecimiento del PIB del 0,1% en el segundo trimestre del año -cuando las tensiones comerciales se dispararon- frente al 0,6% que se expandió en los tres primeros meses de 2025. En el caso de los Veintisiete, el PIB creció entre abril y junio un 0,2% en comparación con los tres meses anteriores, cuando creció al 0,5%.
Si la comparativa se hace respecto al segundo trimestre de 2024, el PIB aumentó un 1,4% en la zona euro y un 1,5% en la UE, según la estadística difundida este jueves por Eurostat.
La parte positiva de los datos llega del lado nacional, con la economía española manteniéndose como el motor de la región y situándose entre los países que más crecen. En concreto, el PIB subió al 2,8% en el segundo trimestre, doblando la media de la zona euro, siendo la sexta economía que más crece solo por detrás de Irlanda (que sumó un 16% tras un 2024 de contracción), Lituania, Polonia, Chipre y Bulgaria.
El potencial español llega, sobre todo, por la buena marcha del mercado laboral y su menor exposición exportadora a EE UU, a pesar de que determinados sectores -como el aceite o el vino- sí sufrirán más el impacto del nuevo orden comercial.
¿Motor alemán?
En el lado contrario se sitúa Alemania que, tras un primer trimestre de optimismo con datos de recuperación evidente, se contrajo un 0,1% entre abril y junio (respecto al periodo entre enero y marzo). El batacazo llega por un modelo productivo muy basado en la industria exportadora, sobre todo de automóviles, maquinaria y químicos. Es decir, carne de cañón para los aranceles.
La caída del segundo trimestre contrasta con el crecimiento del 0,3% que el país germano registró en el comienzo del año, aunque buena parte de ese impulso estuvo maquillada por el adelanto de las compras de los estadounidenses ante la inminente subida de aranceles que por entonces ultimaba la Casa Blanca.
Por otro lado, la fortaleza del euro frente al dólar también complica la recuperación no solo de Alemania, sino de toda la región, al encarecer las exportaciones. Cabe recordar que el billete verde sufrió en el primer semestre una auténtica desbandada inversora, provocando una caída de más del 11% frente al euro en su peor inicio de año desde 1973.
De cara a los próximos meses, la incertidumbre es máxima. «Se espera que la desaceleración de la actividad global, impulsada en parte por la elevada incertidumbre política y el aumento de los aranceles, afecte negativamente la demanda final», señalan los analistas de Vanguard en un reciente informe, donde apuntan a que los efectos positivos del paquete fiscal alemán y del mayor gasto en defensa de la Unión Europea serán más evidentes a partir de 2026. «Los riesgos se decantan hacia una aplicación más lenta o un paquete más reducido de lo que prevemos actualmente», advierten.
Ahora, todas las miradas están en los próximos movimientos de los bancos centrales, con la previsión de que el BCE acometa un nuevo recorte de tipos de otros 25 puntos básicos a la vuelta del verano. Las últimas proyecciones macroeconómicas del organismo apuntan a que el crecimiento de la zona euro será, en promedio, del 0,9% en 2025, del 1,1% en 2026 y del 1,3% en 2027. De su lado, el Fondo Monetario Internacional (FMI), estima que el PIB de la región crecerá al 1% este ejercicio, mientras que la previsión para 2026 apunta al 1,2%.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión