La venta de coches cae un 32%, el peor año desde 2013

En los últimos 12 meses se han vendido 851.211 unidades, un dato que el mercado automovilístico español no veía desde hace más de siete años. Entonces se matricularon unos 722.000 vehículos. Desde aquel también nefasto 2013 la recuperación fue paulatina hasta en 2018 superaron las 1,3 millones de ventas. Ya en 2019 comenzaron a descender hasta los 1,2 millones. Y la puntilla le ha llegado con el coronavirus, las restricciones a la movilidad, la incertidumbre y la ausencia de turistas.

Los efectos de la pandemia se han dejado notar en todos los segmentos desde marzo hasta noviembre. Solo diciembre ha conseguido mejorar los datos del mismo mes del año anterior al registrar 105.841 matriculaciones, prácticamente las mismas en términos interanuales, gracias al impulso de las ventas a los particulares características de las últimas semanas del año para aprovechar el 'stock' de los concesionarios.

El canal de particulares y de empresa logran crecimiento en el mes de diciembre, con un 3,5% y 18,1%, más, respectivamente, en comparación con el mismo mes del año anterior. Esta subida no ha impedido que el año cierre en ambos canales con fuertes retrocesos. En el canal particular, el descenso es del 27,1% (427.378 unidades); la explicación reside en el temor ante el futuro laboral y económico de muchas familias, que han quedado a la espera de realizar cualquier adquisición de esta envergadura. También ha caído un 24,4% las ventas de coches a empresas (hasta 327.732 unidades) por la falta de dinamismo de la economía. Y el canal de firmas de alquiler ha confirmado un año nefasto (con la sola excepción del mes de agosto) que ha arrastrado durante 2020, con un retroceso en las ventas de diciembre del 54,6% (7.393 unidades) y que acaba 2020 con la mayor caída de los tres canales, casi un 60% menos.

Por tipo de vehículo, los coches de gasolina siguen liderando el mercado en España, con algo más del 49% de todas las ventas realizadas, aunque es un porcentaje inferior al de otros años debido al auge de las matriculaciones de coches eléctricos e híbridos, que representan ya un 22% del total. El otro 27,7% corresponde a los diésel, con una cuota de mercado que se ha estabilizado en 2020.

En el caso de los particulares, ni siquiera la subida prevista del Impuesto de Matriculación a partir del 1 de enero y el fin de ayudas del plan Renove han conseguido impulsar más las ventas en el último tramo del año. Las previsiones de ventas para 2021 apuntan a un mercado por debajo del millón de unidades, aunque el primer trimestre se verá muy afectado por la subida del impuesto de matriculación en enero y el fin del plan de ayudas, con más de 200 millones de euros sin gastar.

Desde la patronal de fabricantes (Anfac) explican que «a pesar de superar las 100.000 unidades vendidas en diciembre, como en 2019, 2020 cierra con una fuerte caída y una cifra de ventas cercana a las registradas en la crisis y deja un difícil entorno para el sector de la automoción en 2021». A su juicio, la recuperación «se va a complicar por la subida del Impuesto de Matriculación en enero y el fin del plan Renove, que deja 200 millones de euros sin consumir, lo que va a dificultar aún más la renovación del parque». Por su parte, desde la patronal de concesionarios (Faconauto) apuntan que «las ventas de vehículos de diciembre son engañosas porque, sin las numerosas automatriculaciones que han hecho los concesionarios y sin las compras adelantadas para evitar la subida del impuesto de matriculación a partir del 1 de enero, el mercado hubiera registrado de nuevo caídas importantes». En cuanto al conjunto del año «sólo se puede calificar como de malo, porque no se ha podido compensar los dos meses de cierre de los concesionarios ni el impacto de las restricciones de movilidad de después del verano».

Fabricantes, proveedores y vendedores de vehículos lanzaban antes de Navidad un aviso al Gobierno para que actúe «con una sola voz» en su apoyo a la industria. La advertencia llegaba después de que el sector constatara diferentes posiciones de los ministerios en torno al modelo de futuro de los coches en España.

El órdago automovilístico llegaba seis meses después de que firmaran con el Gobierno del Plan de Impulso, dotado con 3.700 millones de euros, pero del que apenas se ha vuelto a tener conocimiento en las empresas.