El turismo activo reclama su espacio dentro de una industria que sigue acumulando récords
El pasado mes de julio Canarias batió su mejor cifra histórica en cuanto a la llegada de turistas extranjeros. El turismo de aventura demanda que se le deje crecer
Mientras que el sector turístico canario goza de un gran momento tras registrar recientemente el mejor mes de julio de su historia con la llegada de 1,23 millones de clientes extranjeros y una facturación de 2.219 millones de euros, no todas las ramas del sector gozan de la misma salud.
Las empresas de turismo activo llevan años denunciando que el desarrollo del sector está amenazado por la normativa del transporte canario, la cual consideran «discriminatoria» al obligar a que los turistas viajen junto al material especial que utilizan, como las bicicletas y las tablas de surf, algo que «perjudica» a la calidad y a la seguridad. Además, existe un intrusismo laboral que realizan empresas no reguladas, causando un impacto negativo en las propias empresas y en los trabajadores autónomos.
Cabe destacar que este sector cuenta con más de 1.200 empresas registradas en las islas y genera cerca de 4.000 empleos directos y una facturación en torno a 225 millones de euros anuales.
El gerente de Ecoactiva Canarias- principal asociación empresarial de turismo activo en las islas-, Tanausú Zumaquero, señala que mientras que en el resto del Estado, las empresas de turismo activo pueden tener sus propios vehículos y operar como cualquier empresa del mercado, en Canarias sucede algo inédito, teniendo que solicitar una licencia especial que deben entregar los cabildos, un procedimiento que asegura, se hace de forma «subjetiva y completamente alegal» al tener cada corporación insular su propia política de concesión.
Este hecho provoca una pérdida de competitividad en el sector que se ve incapaz de realizar previsiones en base a su plan de negocios al no tener certeza de que va a adquirir la licencia ni en qué plazo de tiempo. «Ha habido empresas que en previsión de tener clientela, han invertido en furgonetas y se han visto arruinados», destaca Zumaquero.
En lo que va de año, 9,07 millones de turistas han visitado Canarias dejando un gasto de 14.000 millones de euros (8,23%)
Otra condición que deben tener los vehículos a la de hora de poder obtener la licencia es una antigüedad inferior a 24 meses, un plazo que a menudo se vence por la tardanza de los cabildos en entregarla.
Para el gerente de Ecoactiva Canarias, esto supone un claro freno a la actividad del sector en el archipiélago y favorece a los «grandes operadores de turismo» que son a su vez operadores de empresas de transporte.
Al mismo tiempo, deja claro que no se trata de un problema de color político ya que es una demanda que se viene dando desde hace legislaturas y tanto Gobierno como cabildos «conocen perfectamente la situación. El problema es que a la empresa canaria de turismo sostenible, no se le quiere dejar crecer, es el momento de las multinacionales y se les está dando preferencia», añade.
Espacios naturales y alertas climatológicas
La creciente tendencia a regular la actividad en los espacios naturales para preservar el territorio también está haciendo daño al sector, que denuncia que no se tiene en consideración el impacto que esto tiene sobre las actividades del turismo activo además de la falta de participación del sector en la elaboración y revisión de los planes de gestión y unos planes directores «desactualizados» que no contemplan las actividades de turismo activo ni ecoturismo.
Otro aspecto que está dañando la progresión del sector según Zumaquero es la frecuente declaración de alertas climáticas, que a menudo causan cancelaciones que parecen «desproporcionados» respecto a las condiciones reales, causando pérdidas económicas y generando una imagen «negativa de Canarias como destino seguro para el turismo activo».
Como propuestas de solución, el sector propone crear un portal en tiempo real para gestionar alertas meteorológicas y establecer categorías de excepción para empresas certificadas en turismo activo, permitiendo la realización de actividades bajo protocolos de seguridad estrictos.