Seis grandes curiosidades de las islas más pequeñas de España

La plataforma de comparación y reserva de ferris Ferryhopper rescata algunas de ellas. Estas son:

La conocida como Isla del Meridiano, por ejemplo, alberga el hotel más pequeño del globo: El hotel Puntagrande, que llama la antención no solo por su tamaño, sino que también por su localización.

Construido sobre una lengua de piedra lávica y envuelto por el océano Atlántico, el establecimiento cuenta con 600 metros cuadrados y cinco habitaciones. En el año 1989 ingresó en el Libro Guinness como el «hotel más pequeño del mundo», título que aún mantiene.

Pero eso no es todo, en el año 2018 fue reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC).

Los amantes de la literatura, de los clásicos y de los autores de estos, especialmente de Julio Verne, encontrarán en este enclave un algo mágico.

Aunque no se tiene constancia de que el escritor visitara el faro de la Mola, sí que mantiene cierta relación con él. Y es que aludió al mismo, de forma indirecta, en la novela 'Héctor Serdavac' y 'Faro del fin del mundo'.

Un monolito ubicado junto al faro de la Mola -conocido por muchos como el faro de Julio Verne- narra y recuerda, para que no se pierda en el tiempo, esta cuestión.

El Silbo Gomero es uno de los muchos orgullos de Canarias y, en especial, de la isla colombina. Se trata de un sistema de comunicación que reproduce la lengua hablada a través de silbidos, que se distinguen por su tono, interrupción y continuidad. Permite, también, comunicarse a grandes distancias.

Fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

La isla de Tabarca, la única habitada de la Comunidad Valenciana, sirvió como refugio a los piratas berberiscos dada su ubicación estratégica. Estos piratas atacaban a las embarcaciones que estaban de paso por esas aguas del Mediterráneo.

La creciente presencia de piratas en la ínsula, llevó al rey Carlos III a fortificarla y repoblarla.

Tabarca es la isla habitada más pequeña de España, con una extensión de dos kilómetros de largo por 400 de ancho.

Un gigante, cuenta la leyenda, habita en las aguas del islote de Es Vedrà, dispuesto a defender su territorio y atacar a todo aquel que se acerque.

Un día, narran, dos hermanos se acercaron hasta el islote para hacerse con la planta fonollo marí, que solo crecía en ese lugar y era la única capaz de salvar a su padre enfermo. El gigante capturó a uno de los hermanos, mientras que el otro, para liberarlo, pescó ejemplares y ejemplares del alimento preferido del gigante: el pulpo, en los que escondió erizos de mar.

Los hermanos, finalmente, lograron escapar de la criatura, mientras que algunos, hoy en día, siguen acudiendo al islo esperando verlo.

Desde el punto más oriental de España, en Es Castell, Menorca, se puede observar el primer amanecer del país. Se trata de una coqueta localidad con una característica arquitectura de reminiscencias británicas. Destaca, también, su antiguo muelle de pescadores.