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Canarias7 / Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 16 de julio 2020, 08:56
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Este verano, el 58% de los españoles saldrá de vacaciones, unos días de relax por los que habrá que abonar una media de 1.651 euros por persona, un 12,46% menos que el año pasado, según un informe de la web del ahorro, Kelisto.es. Ahora bien, para poder hacer frente a este gasto, muchos recurrirán a un producto de financiación. En la casi la totalidad de los casos, la opción elegida será la de las tarjetas de crédito revolving o de pago aplazado con intereses: es decir, aquellas que permiten pagar en varias mensualidades una cantidad de dinero a cambio de abonar un interés.
“El hecho de que las tarjetas de crédito sean el producto más usado no las convierte necesariamente en la alternativa más barata. Los plásticos que permiten el pago aplazado aplican un interés medio del 19,51% TIN (Tipo de Interés Nominal): un 16,13% en el caso de las tarjetas con vinculación bancaria (las que se conceden a quienes son clientes de un banco) y un 22,89% en el caso de las que no exigen cambiar de entidad para su contratación. Por tanto, si un consumidor decidiera aplazar el gasto vacacional en tres meses, terminaría pagando, de media, unos intereses de 50,28 euros, lo que supone un total de 127,4 millones de euros”, explica la portavoz de Finanzas Personales de la web, Estefanía González.
Los préstamos personales, pese a ser una alternativa que casi no se utiliza para financiar el descanso estival, ofrecen una financiación algo más barata, especialmente si se comparan con las tarjetas de crédito sin vinculación bancaria. De media, estos productos aplican un interés del 17,15% TAE para financiar un gasto como el de las vacaciones de verano, a devolver en tres meses: es decir, cobran 43,94 euros por fraccionar el gasto, lo que equivale a un total de 111,36 millones euros en concepto de intereses y gastos. Por tanto, elegir un préstamo personal permitiría ahorrar un 12%.
La gran mayoría de las tarjetas de crédito “sin intereses” que permite financiar un gasto como el de las vacaciones de verano cobra gastos que acaban disparando el coste final de la financiación. Si se tienen en cuenta las comisiones que aplican, el resultado es que el coste real de la mayoría de estos plásticos oscilan entre el 0,86% TAE de la más barata y el 20,1% de la más cara.
“A la hora de elegir una tarjeta de crédito o un préstamo para pagar las vacaciones de verano, es esencial calcular la Tasa Anual Equivalente (TAE) de la operación que queremos realizar, es decir, cuál será su coste real, teniendo en cuenta la cantidad que se desea solicitar, el plazo de devolución, el interés aplicado y otros costes, como las comisiones. De esta forma, evitaremos llevarnos sustos en el futuro”, destaca González.
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