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Los transportistas de Gran Canaria son una de las principales víctimas del atasco diario que se produce en la zona del istmo, entre Belén María y Torre Las Palmas. Cada día pierden un 20% de su jornada laboral «atascados» en este trayecto con el consiguiente gasto en combustible y la pérdida de productividad.
Como apunta el secretario general de la Federación de Empresarios del Transporte (FET), José Ángel Hernández, si un camionero debería realizar cinco viajes en un día, el atasco de tráfico en el istmo se lo recorta a cuatro. Como indica Hernández, en Gran Canaria el 90% del servicio de transporte transcurre desde el puerto Las Palmas hasta los distintos polígonos industriales.
Por esta razón los transportistas de Gran Canaria son los primeros interesados en que se resuelva el colapso del tráfico que produce en esta zona. Para la FET, la obra del soterramiento de Belén María es importante pero consideran que en sí misma no va a resolver el problema que se produce en el entorno de los túneles de Julio Luengo y que es el origen de las largas colas que se forman desde Belén María. «Cuando se haga el soterramiento lo que pasará es que los vehículos del Sebadal y del puerto se incorporarán antes a la caravana y lo harán bajo un túnel pero el colapso continuará», indica Hernández.
En su opinión, el colapso del tráfico obliga a tomar medidas más allá de la obra de Belén María. En primer lugar, aboga por «medidas blandas» como el desdoblamiento de carriles, de forma que, cuando el tráfico se colapsa en dirección sur desde el puerto se habilite en este sentido uno de los dos carriles que va al Sebadal. Y a la inversa. «Así se desahogaría tráfico hasta Torre Las Palmas en lugar de esperar a una obra faraónica para la que hay que esperar y que depende de muchos factores», indica.
Hernández también aboga por eliminar el semáforo y el paso de peatones que hay en los túneles de Julio Luengo, ya que a 20 metros y sobre el túnel hay una zona de paso sin carretera. «Ese semáforo acumula cada cinco minutos coche que generan la cola y no es necesario ya que hay un paso a escasos metros», insiste Hernández, que no entiende por qué no se adopten ya estas medidas que son «sencillas» y ayudarían a aliviar el tráfico.
«El nudo gordiano del colapso está en Torre Las Palmas. Allí hay un entrelazado a la altura del edificio José Antonio donde se produce una retención importante y esto tira hacia atrás. Hasta que no se le dé una solución definitiva a esto lo que vaya hacia atrás son parches pero no es el arreglo definitivo», recalca.
En este sentido, considera que se podría aprovechar el derribo de las naves de ayuda humanitaria del puerto para «ensanchar» la Avenida Marítima, ahora que se ha confirmado que la Metroguagua no irá por este espacio.
Además del atasco en la carretera los transportistas también sufren cada día 20 minutos de retraso a la hora de salir del puerto debido a que el sistema administrativo no está digitalizado y el control de la Guardia Civil sobre los contenedores se hace con fotocopia en papel y en mano. Desde la FET se confía en que las distintas medidas en las que trabaja la Autoridad Portuaria entren ya en vigor en 2023, reduciendo estos tiempos y dando un respiro a los transportistas.
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